viernes, 13 de marzo de 2015

El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos...

El tiempo pasa...
Ya lo decía Pablo Milanés. Y vamos envejeciendo no sólo como individuos, sino como sociedad, especialmente en los países que lideramos el ranking de la baja tasa de fertilidad: Corea del Sur (1,25 hijos por mujer), Japón (1,42), la mayor parte de Europa, España (1,48), al mismo tiempo que vamos ampliando la esperanza de vida: Japón (84,6 años), España (82,5) Corea del Sur (81,0). De modo que no hay que ser un lince para anticipar que el mercado de bienes y servicios destinados a este segmento de población (los 65+, tercera edad,  "gray hair"...) tendrá un potencial enorme en las próximas décadas. Vamos a ver algunas tendencias y "gadgets" que ya están apareciendo.
 
SmartSoles
Una cosa bien sencilla y basada en tecnología ya disponible y probada: El zapato con GPS. En realidad son unas plantillas, que se llaman SmartSoles y las fabrica GTX, y que informan de su situación usando una App que se descarga en cualquier smartphone. Lo podéis ver aquí. Aunque el rango de posibles usuarios es más amplio (por ejemplo, diplomáticos, altos ejecutivos, periodistas en zonas de conflicto), está claro, y así lo anuncian, que uno de sus objetivos clave es ayudar a tener localizadas a las personas con problemas de memoria (9 millones sólo en USA). Que digo yo que la extensión lógica de este servicio a futuro pasará por implantarnos (esperemos que con nuestro consentimiento) un microchip con GPS debajo de la piel, y así nuestra localización no dependerá de si salimos de casa con zapatos, chancletas o descalzos...
 
Tamaño del "sensor comestible"
Otro área de "preocupación" con los mayores, en especial con los que viven solos, es que se tomen la medicación que tienen recetada, y con la frecuencia debida. Aquí viene en nuestra ayuda la empresa e-pill - Medication Reminders. Viendo su Homepage, da un poco de "yuyu" la cantidad de artilugios disponibles. Con capacidad semanal, mensual, con alarmas varias, con registro de la última vez que se ha dispensado,... Claro que todos estos cacharros lo único que aseguran es que la persona ha tenido acceso a la pastilla indicada en el momento adecuado, pero... ¿quién asegura que se la ha tragado? No problem. Para eso está Proteus Digital Health. Que, en colaboración con los laboratorios farmacéuticos, inserta un chip de 1 milímetro cuadrado en cada pastilla (lo llaman "sensor comestible"), capaz de transmitir su "status" a un parche sujeto en el brazo que, a su vez, está conectado, de nuevo, con un smartphone. En su página sobre productos futuros, lo que llaman Medicinas Digitales, se pueden ver posibles aplicaciones terapéuticas increíbles.


Jitterbug5
Y un tercer gadget, el móvil especial para personas mayores. Por ejemplo, el Jitterbug5. Que cuenta con: teclas grandes e iluminadas, navegación fácil mediante teclas "Yes" "No", caracteres grandes en pantalla, marcaje mediante voz y números pre-grabados, altavoz potente, cámara fácil de usar y... 25 días de carga de batería en standby. Y, además, la tecla 5Star integrada, que te conecta directamente con un servicio de urgencias 24 horas, te da la posibilidad de contactar con expertos sanitarios, e incluso suscribirte a distintos juegos de habilidad mental. Por $99,00 (sólo el teléfono; el coste del servicio 5Star va aparte). Lo puedes ver aquí.

Hasta aquí nada "rompedor". Pero, demos la bienvenida al robot "social". En palabras de Farshid Amirabdollahian, profesor en la Universidad de Herdfordshire y uno de los jefes del proyecto que ahora te contaré: "This project proved the feasibility of having companion technology, while also highlighting different important aspects such as empathy, emotion, social intelligence as well as ethics and its norm surrounding technology for independent living". Ahí es nada. Empatía, emoción, inteligencia social y ética asociados a la palabra robot.

El proyecto se llama ACCOMPANY (Acceptable Robotics Companions for Ageing Years) y es un consorcio formado por nueve instituciones de cinco países europeos. Aunque todavía en fase de prototipo, su objetivo es muy ambicioso: "ayudar a prevenir el aislamiento y la soledad, ofreciendo actividades estimulantes al mismo tiempo que se respeta la autonomía y la independencia de la persona". En este vídeo ilustrativo se ve como interaccionan el robot y su "dueña". Le ayuda a cantar una canción en el karaoke, le sirve un vaso con agua para colocar las flores que le ha traído su nieto, le acompaña en sus desplazamientos,...
https://www.youtube.com/watch?v=1CD9Gxz6qBw#t=328


Servicio y compañía en la vejez
¿Cómo lo ves? Tengo que confesar que, cuando lo vi por primera vez, me produjo eso que los anglosajones llaman "mixed feelings": por un lado, se perciben interesantes avances en robótica, integración de variadas tecnologías, toma en consideración de aspectos que podemos llamar "sociales" (como respetar la distancia de confort para la persona, o retirarse a un segundo plano para no estorbar...). Pero, por otro, me causó un poco de tristeza. Si ese es el futuro que nos espera, cantar solos el "Jingle Bells" delante de una máquina, mientras esperas a que el nieto tenga a bien hacerte una visita...

Y, para terminar con una nota optimista, recojo aquí la popular jota castellana que en su día cantaban mis paisanos del Nuevo Mester de Juglaría:

"Allá va la despedida,
la que echan en Sotosalbos,
y a vivir que son dos días,
que, a los cien años, tos calvos".
 

5 comentarios:

  1. Gracias Angel por los mejores 5 minutos "Digitales" de la semana

    La verdad es que ya no recuerdo de que iba tu entrada de blog de esta semana, a ver si me pueden implantar un chip que me ayude a asimilar el "Tsunami" Digital

    Ignacio

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  2. Me interesa mucho el tema de hoy, Ángel, ya que "estoy en el tema", valga la redundancia: ando en estudios de máster de Intervención educativa en contextos sociales (especialidad: calidad de vida en personas adultas y mayores).

    Tengo muchísimas esperanzas puestas en los avances robóticos, tanto para ayudar a mantener la autonomía de las personas mayores no dependientes, como para aligerar la carga de trabajo de familiares cuidadores y evitar o retrasar la institucionalización de las personas mayores dependientes. Pero no solo, también para ayudar a aquellas personas que, no estando en la franja de la ancianidad, sufren alguna discapacidad.

    Y es verdad que nos hacemos mayores. En 2050, el 36% de la población española tendremos más de 65 años (espero vivir para entonces y, quién sabe, si de regalo navideño me pediré un robot... que me ayude en las tareas domésticas, a ir a la compra, a vestirme si tengo alguna dificultad motora, me dé seguridad en el paseo diario, me proponga alternativas de ocio, me mantenga activa y pensante...).

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  3. Pienso que una población (de lo que sea) que envejece es una población más sabia. Un ejemplo biológico: las células mas longevas, las del sistema nervioso, son las que gobiernan el organismo.

    Pero hay que envejecer con estilo. Si no lo habéis leído, echadle un vistazo a este artículo de El País: http://elpais.com/diario/2008/10/24/sociedad/1224799208_850215.html

    Veréis que es un caso sobresaliente de victoria en la ancianidad. No creo además que sea un caso de ADN excepcional, sino el resultado de una actitud, un compromiso con uno mismo, durante toda la vida.

    Por supuesto que las ayudas tecnológicas están bien, pero yo las situaría en la 4ª posición de los recursos para conservar las ganas de vivir en la vejez. Primero de todo es uno mismo quien tiene que ser la fuente de motivaciones. Segundo, son las personas que nos pueden gratificar, pero esto solo funciona realmente bien si hemos invertido en ellas. El tercero es la propia naturaleza: si yo estuviera solo en una isla, preferiría tener un perro que el mejor robot. Dicho lo anterior, reconozco que estoy de 3-5 horas diarias ante el ordenador pero como una herramienta a mi servicio, no como un compañero, eso es otra categoría.

    El electro-mayordomo de la señora Taylor (quien, por cierto, canta bastante bien), no me hace mucha ilusión, aparte de costar una fortuna. Ayudar a los necesitados es noble pero me parece más importante concienciar a las personas, desde niños, que deben cultivar la autosuficiencia.

    En este sentido me gusta más la cultura estadounidense que la europea, y en especial la española, donde, a mi juicio, se practica en exceso el maternalismo, que induce a la sociedad a adquirir y perpetuar la condición de dependiente.

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  4. Telmo, estoy al 100% de acuerdo contigo. Espero que se me haya entendido, yo tengo fe en la robótica como herramienta, como ayuda, no como sustito de las relaciones humanas. Pero ayuda se necesita siempre en la vida cotidiana, y la vejez es una etapa más de la vida, con necesidades específicas.

    Los estilos de vida y la actitud de la persona y su interacción con el medio configuran un envejecimiento más o menos exitoso y satisfactorio, que además, aunque pueda parecer raro, comienza en la infancia. Pero las personas que en su vida sufren una discapacidad también llegan a ser ancianas, o la propia edad nos acarrea mermas que pueden hacernos dependientes y que, muchas veces, suponen un sobreesfuerzo inasumible a la familia cuidadora. O si se vive solo, impiden la plena autonomía.

    Muchas personas mayores viven solas, sin hijos o con los hijos muy lejos, y seguro el número aumentará en las próximas décadas (la teleasistencia es una ayuda tecnológica incorporada en los últimos años que da seguridad a los mayores que viven solos). Y cada vez más personas llegan a la llamada 4ª edad, a partir de los 80, y ahí creo que la domótica y la robótica pueden ser de gran ayuda para que la persona viva en su entorno. Por supuesto, debemos poner las pilas a nuestros ediles y conseguir ciudades amigables para los mayores, donde seguro que la robótica puede ser también es un elemento de ayuda importante, para la persona, para los profesionales, para las familias (sin sustituir, para apoyar).

    http://ciudadesamigables.imserso.es/imserso_01/ciudades_amigables/que_es/index.htm

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  5. Charo, entiendo lo que dices. También estoy de acuerdo en que hay que ayudar a las personas necesitadas y que la tecnología puede aportar recursos de apoyo. Lo veo muy de cerca con una suegra de 84 inmovilizada y una madre de 88 poco mejor. Sin embargo, también he visto que cuando se llega en malas condiciones, a menudo es por un abandono que empieza muchos años antes.

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