... y los sueños, cine son. Esto era lo que nos cantaba Luis Eduardo Aute en 1984. Y es cierto que el cine ha estado muy presente en nuestras vidas, quizá menos en los que hoy están por debajo de los 25 años, que han tenido a su disposición desde niños mayor variedad de instrumentos de distracción y de ocio. Toda una industria, la del cine, que cada año se reivindica con ocasión de los Goya y de los Óscar (y del resto de premios y festivales). Que si el número de espectadores baja, que si los impuestos suben, que si las entradas son caras, que si la competencia de las otras pantallas, que si la piratería, que si subvenciones sí, que si subvenciones no...
¿Nos atrevemos a imaginar cómo será el cine de dentro de 30 años, en 2044, por ejemplo? Y podemos descomponer el análisis en varias dimensiones: ¿qué veremos? ¿dónde lo veremos? ¿cuál será, como se dice ahora, la "experiencia de usuario"?
Pero antes, dejadme reseñar la cronología de los hitos de la historia del cine, desde un punto de vista, digamos, tecnológico:
1895 - Primera sesión pública de los Hermanos Lumière
1916 - Invención del Technicolor (aunque ya hubo películas en color mucho antes)
1922 - Primer largometraje en 3D - "The Power of Love" (Curioso, ¿verdad?)
1927 - "El cantante de jazz" - Primera película sonora de éxito
1971 - Primera película con sonido Dolby - "La naranja mecánica" - Para reducir el ruido de fondo
1974 - "Terremoto" - Primera película con Sensurround
1982 - Primera película con efectos especiales digitales - "Tron"
1995 - Primer largometraje realizado íntegramente por ordenador - "Toy Story"
2000 - Primera proyección pública digital (Tecnología DLP Cinema de Texas Instruments)
2003 - Lanzamiento del IMAX 3D - "Ghosts of the Abyss" de James Cameron
2009 - Popularización del 3D con "Avatar", también de Cameron
Y vamos con la imaginación. Y aquí todos podéis aportar, con tanto o más criterio que yo, que ya sé que cuento con varios cinéfilos empedernidos entre mis seguidores...
Tomen asiento, señores. La proyección va a comenzar... |
¿Qué veremos? Entendiendo por tal las historias, los contenidos, las tramas. Pues aquí me parece que hay poco margen para la innovación "disruptiva". Historias de aventuras, de amor, de denuncia social, de humor, bélicas, históricas, ciencia ficción, serie negra, gore, surrealistas,... tentado estoy de decir que "todo está inventado". La posible gran innovación, pero que también condiciona el "dónde lo vemos", puede venir por la "interactividad". Es decir que la trama no sea unidireccional, de principio a fin, sino que admita múltiples caminos en función de las opciones elegidas por el espectador. Más parecido, si queréis, a un planteamiento de videojuego. Lo cual implica una versión muy personalizada y aislada de la "experiencia de usuario" (sería difícil poner de acuerdo a 200 espectadores en una sala sobre qué opción tomar en cada paso).
Un poco asfixiante, la verdad |
Una vez tomado este camino, el siguiente paso "lógico" sería el de incorporar a esa visión personalizada todas las posibilidades actuales y futuras de la "realidad virtual / aumentada", permitiendo al individuo su "casi" inmersión en los escenarios y diálogos de la película. (El que recientemente Facebook haya comprado por $2.000 millones la empresa de realidad virtual Oculus VR puede darnos una pista de que los tiros pueden ir por ahí).
Y ya puestos, podemos dar un salto cualitativo más. Si en lugar de a través de unas "gafas" de realidad virtual para "ver", pensamos en dispositivos que conecten de forma inalámbrica con nuestro cerebro (como ya se anticipaba en el post "Yo, Cyborg"), se abre todo un mundo de experiencias sensoriales. Si, hasta ahora, toda la historia del cine, todas las películas que en el mundo han sido (*) se han dirigido a dos de nuestros sentidos (vista y oído), ¿qué no podremos imaginar si añadimos el olfato, el gusto y el tacto, o su sensación a través de sus bases cerebrales? Películas 5-S (no sé si registrar el nombre).
¿Qué futuro le queda, después de esto, a las salas de cine? Pues, ¡ojo! que nadie firme su acta de defunción todavía. Por un lado, los sistemas de proyección siguen mejorando en calidad y fiabilidad. IMAX Corporation (www.imax.com) está desarrollando un "Laser Projection System" que, si los sistemas actuales tienen un "ratio de contraste" (diferencia en brillo entre el color más brillante y el más oscuro de una imagen) de 1800-2000:1 el nuevo sistema laser estará en los 8000:1. Posibilidades de brillo, contraste y gama de colores como nunca se han visto hasta ahora. Buscando lo que ellos llaman la "experiencia inmersiva total".
Quizá queden reservadas para un público más minoritario, al que no le importe pagar una entrada algo más cara (¡pagar!), para tener un asiento cómodo y asistir, solo o en compañía, a una proyección de altísima calidad técnica. Y estar un rato con la familia y los amigos, antes y después de la sesión, comentando la película y lo bien/mal que estaba fulanita/o, y la trama, y la fotografía, y los efectos especiales, y el vestuario, y la banda sonora, y... Que de eso se trata.
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(*) Esto no es del todo cierto. En 1960 se empleó el sistema Smell-O-Vision para acompañar con 30 olores diferentes la proyección de la película "Scent of Mystery". El propio desarrollo de la película iba desencadenando la apertura de cada uno de los 30 aromas, que llegaban por medio de ventiladores a la zona de asientos del público. La experiencia fue bastante desastrosa (parece que los olores llegaban tarde, cuando ya la escena no pegaba, que los espectadores siseaban porque no acababan de oler lo que se suponía que tenían que oler y no dejaban escuchar los diálogos, etc...) , y se abandonó.
Pero, lo que son las cosas, el pasado 1 de abril, día de Los Inocentes en el mundo anglosajón, Google se descolgaba con el anuncio de Google Nose, en versión beta por supuesto, que incorporaba un generador de olores a todas las pantallas... Está tan bien hecho el vídeo que piensas ¿y por qué no puede ser verdad?:
Si cine es "contenido audiovisual sobre diferentes soportes exhibido de forma continuada y sin interrupciones en pantallas de formato grande/muy grande en salas exclusivas de aforo público”, ese concepto se ha quedado bastante estrecho.
ResponderEliminarEs cierto que ciertas mejoras tecnológicas, como sugieres en el post, mejoran (o intentan mejorar) la experiencia de usuario y consiguen que cierto tipo de producto (generalmente costosísimo) base parte de su atractivo en esa circunstancia más que en lo principal (back to the roots): una buena historia bien contada en imágenes y sonidos con intérpretes y técnicos solventes.
Pero es que esta segunda definición ya no es exclusiva de las películas. El hijo natural de la edad dorad del cine y el folletín del XIX son las buenas series de TV.
Ya no tiene sentido separar ambos mundos. Las películas solo se diferencian del resto de los contenidos audiovisuales en que en una parte muy pequeña de su vida, apenas unas semanas, son exhibidas de acuerdo con la definición del primer párrafo. Después y salvo rescates de filmoteca, viven décadas de pases televisivos y ahora de video bajo demanda.
No ha muerto el cine. Ha ampliado sus ventanas de exhibición y ha ganado con la narración por episodios el acceso a otra dimensión. Del cuento a la novela. Del ciclo estreno-reestreno-reposición a la secuencia estreno en sala-pases sincronizados en TV (pago/abierto)-consumo personalizado (DVD-VOD). De la posesión (cinta/DVD) a la omnipresente nube.
To infinity... and beyond!