viernes, 27 de mayo de 2016

Sexo y fecundación: ¿cada cosa por su lado?

"Hacia el año 2040, la selección de embriones podría sustituir al sexo como la forma más utilizada para concebir niños". No lo digo yo. Lo dice Jamie Metzl, Senior Fellow for Technology and National Security de The Atlantic Council, un "think tank" especializado en asuntos internacionales. El artículo, publicado originalmente el 6 de Mayo en Quartz (www.qz.com) plantea una reflexión interesante sobre la evolución previsible de las técnicas de Fecundación in Vitro (IVF - In Vitro Fertilization en inglés) y sus repercusiones científicas, morales y sociales. 
Louise Brown, ya crecidita,  y su "probeta"

En Julio de 2018, en apenas dos años, cumplirá 40 Louise Brown (Oldham General Hospital, 25 de Julio de 1978), el primer ser humano ("bebé probeta" fue el término más utilizado en castellano), concebido mediante técnicas artificiales. En realidad, se realizó la fecundación de un óvulo de la madre con esperma del padre en una cápsula de Petri, y se implantó a continuación el embrión en el útero de la madre original. Los artífices de lo que entonces muchas veces se calificó de "milagro" fueron los doctores ingleses Patrick Steptoe y Robert Edwards, galardonado este último en 2010 (¡32 años después!) con el Premio Nobel de Medicina por aquellos descubrimientos (como Steptoe murió en 1988 y el Premio Nobel sólo se da a los vivos, se quedó sin premio...). 


En los años 80, la estadística daba que sólo un 10% de los ciclos de fecundación resultaban en embarazo. En la actualidad, con la evolución de las técnicas originales y la introducción de otras nuevas, se estima en un 40% la tasa de "éxito". Y, al ritmo que van cogiendo los nuevos desarrollos, se calcula que en la próxima década estaremos en un 60%. Un dato interesante es que, en estos momentos, hay 6 millones de seres humanos nacidos a partir de técnicas "in vitro".

Pero el salto cualitativo en la utilización de estas técnicas vendrá dado, no tanto por dar respuesta a parejas con imposibilidad de tener hijos por la vía "convencional", o a la nueva tipología de situaciones (parejas homosexuales, monoparentales,...) que quieren tener hijos, sino por su combinación con una potentísima herramienta que se está desarrollando a velocidad exponencial: la genómica. 

Extracción de célula para  análisis PGD
Conocido como "diagnóstico genético preimplantacional" (PGD - Preimplantation Genetic Diagnostic), esta técnica es capaz, en la actualidad, de "detectar" la propensión del embrión (por su combinación de genes) a desarrollar hasta 1.000 enfermedades diferentes (entre ellas: fibrosis quística, enfermedad de Huntington, distrofias musculares,...). A medida que el coste de desarrollar un genoma específico de un ser humano baja de forma drástica, y que se extiende el conocimiento de la relación entre genes concretos y enfermedades potenciales, se piensa que, en pocos años, seremos capaces de establecer un diagnóstico prenatal mucho más preciso y acertado. Con lo cual, se puede llegar a la "selección de embriones a la carta". Y aquí empiezan a intervenir las consideraciones religiosas, morales y sociales...

Desde un punto de vista meramente científico, las posibilidades son extraordinarias. No sólo sería posible elegir el sexo o algunos factores externos evidentes (color de los ojos o del pelo), sino también la resistencia a determinadas enfermedades, como se ha comentado, ó, estirando la imaginación, seleccionar embriones que, en su trayectoria vital, puedan dar un resultado mejor que la media en matemáticas, presenten buenas cualidades para ser corredores de fondo o sean personas con una mayor empatía...

Otra tendencia social que iría a favor de un mayor uso de estas técnicas de fecundación "in vitro" sería el constante retraso que se está produciendo en la edad en que las mujeres, en las sociedades desarrolladas, tienen su primer hijo. El promedio ya está por encima de los 30 años en España, y sigue subiendo. De ahí que ya se empiezan a oír recomendaciones para que las jóvenes de 20 años, cuando se encuentran en el óptimo reproductivo según la evolución de la especie, se sometan a la extracción y congelación de un cierto número de óvulos para que, llegadas a los 30, 40 ó... puedan "rescatarlos" y decidir ser madres en ese momento. (Y hay empresas que ya han anunciado que estarían dispuestas a asumir el coste de este proceso para sus jóvenes empleadas, como un beneficio social más...).


En fin, cosas veredes amigo Sancho... (frase que, hace poco me he enterado, nunca dijo Don Quijote).

Y, en este mundo de fecundación artificial generalizada, ¿qué papel le corresponderá al sexo? Si, en pura teoría lamarckiana, "la función crea el órgano", si desaparece la función... ¡Ay, qué desasosiego!.

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Curiosidades: La película de ciencia ficción GATTACA, estrenada en 1997, escrita y dirigida por Andrew Niccol, presenta un escenario futuro donde la selección de embriones (en realidad un paso más: la manipulación genética) ya está implantada en toda su extensión. Hasta el punto de que los seres humanos concebidos "in vitro" son etiquetados como "válidos", y ocupan los puestos y profesiones de prestigio en la sociedad, mientras que los concebidos por el método tradicional son los "inválidos", y están destinados a labores mecánicas y de inferior categoría...
GATTACA es un acrónimo formado por los nombres de las bases nitrogenadas que componen el ADN: Guanina - Adenina - Timina - Timina - Adenina - Citosina - Adenina.







2 comentarios:

  1. Buenos días Ángel. Cada viernes me sorprendo más. No haré un par de comentarios que se me han ocurrido porque no sería correcto hacerlos públicos. En todo caso, parece que estamos a dos pasos de elegir niños "a la carta". Lástima no haberlo tenido antes para haber "elegido" a mis hijas. Un saludo JLBulnes

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  2. El tributo por esto es que al final tengamos generaciones de tomates perfectos pero sin sabor (impediremos que nazca Stephen Hawkins y otros como él)

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