viernes, 3 de junio de 2016

"Ganarás el pan con el sudor de tu frente" Gén 3,19

Trabajadores - Sebastiao Salgado
En Junio de 1930, el famoso y muchas veces controvertido economista John M. Keynes (1883-1946) visitó Madrid y, en la innovadora Residencia de Estudiantes, impartió una conferencia titulada "Las posibilidades económicas de nuestros nietos" que fue muy celebrada en su momento. En ella, Keynes pedía "to disembarrass myself of short views and take wings into the future" y se atrevía a pronosticar cómo sería la situación económica mundial a 100 años vista, esto es, en 2030. Frente al pesimismo generalizado que imperaba en esos años (Gran Depresión del 29), Keynes opinaba que la humanidad sería capaz de crear un futuro mejor, resolviendo el problema económico de la escasez, siempre que 1) hubiera un freno a la explosión demográfica, 2) siguieran los avances tecnológicos y 3) hubiera una firme decisión de evitar guerras y conflictos entre naciones.

Una de sus conclusiones más comentadas es que él, en ese horizonte de 2030, preveía una jornada laboral (por llamarla de algún modo) de 3 horas al día (15 a la semana), y no tanto porque esa contribución fuera necesaria para la consecución de los objetivos económicos, sino por dar satisfacción a ese instinto que el denominaba "adanístico" por el que el ser humano (tras muchos siglos de martilleo con el "ganarás el pan con el sudor de tu frente" y equivalentes),  parece que necesita "trabajar" en el sentido clásico del término para sentirse "realizado".


Portada del informe de Citi y Oxford Martin School
Estamos todavía a 14 años de la proyección de Keynes, pero es curioso que en este año 2016, desde su inicio, están apareciendo multitud de estudios e informes que hablan del "futuro del trabajo", "los trabajos del futuro", "¿nos quitarán el trabajo los robots?", y similares. Quizá la "culpa" la tuvo Klaus Schwab cuando como tema para la reunión del World Economic Forum en Enero de este año en Davos propuso "The Fourth Industrial Revolution", incluyendo una sesión plenaria con el provocativo título de "A World without Work?". De entre los informes que han aparecido sobre este tema, me ha parecido muy interesante el realizado entre el banco Citi y la Oxford Martin School, titulado "Technology at Work v2.0 - The Future is Not What It Used to Be", que podéis leer en pdf aquí.

Lo primero que hace es cuantificar el % de empleos que se pueden ver afectados por la automatización en un determinado país. No establece un horizonte temporal concreto (podría deducirse que iría hasta 2025); la metodología es detallada, y como tal es opinable, pero aquí van los resultados:
- Para el conjunto de países de la OCDE:  57%  (UK: 35% ; USA: 47%)
- Los países en vías de desarrollo, un amplio rango sede el 55% de Uzbekistán al 85% de Etiopía.
- Las grandes economías emergentes:  La India: 69% ; China: 77%

Una tendencia que se pronostica es que, como consecuencia de la combinación de la automatización industrial y de la fabricación aditiva 3D (que permite acercar la fabricación a su lugar de consumo a un coste equivalente), en los países que todavía están en los estadios iniciales de desarrollo (Africa subsahariana, Sudeste asiático) no se va a producir el mismo fenómeno (o con la misma magnitud) de trasvase de empleos agrícolas a empleos industriales que se dio en las economías emergentes (China, La India) en los últimos veinte años, por lo que estos países serían los principales "perjudicados" por los avances en automatización. Incluso para China y La India, se habla de un posible fenómeno de "desindustrialización prematura", con el empleo industrial a la baja. 

Dentro de EE.UU. el estudio analiza el diferente impacto que puede tener esta ola "automatizadora" en las principales ciudades. El rango va desde un 38% para Boston (dado que muchas empresas allí instaladas pertenecen ya a la "economía del conocimiento") hasta un 54% para Fresno, en California, que depende en gran medida de los empleos agrícolas e industriales básicos.

La verdad es que si traducimos los % a números absolutos, el impacto puede ser extraordinario. No es la primera vez (recordemos a los luditas, ya en 1811, quemando telares para oponerse al desempleo que podría venir por la innovación textil) que aparece la tecnología, en sus diversas manifestaciones, como amenaza potencial para el empleo, sin que luego, realmente, haya llegado a materializarse en los niveles pronosticados. El propio informe establece por qué, esta vez, es diferente (o sea, que hay muchas papeletas para que suceda):

1) La velocidad del cambio se está convirtiendo en exponencial.
2) Las nuevas tecnologías están llegando a campos hasta ahora inexplorados y con grandes resultados.
3) Los beneficios derivados de la nueva productividad se distribuyen de forma desigual (lo que amplía la brecha entre países, ciudades, clases sociales, etc...).

Otro dato curioso a tener en cuenta es que las nuevas industrias digitales no son grandes creadoras de empleo. A título de ejemplo, si recorremos el último Fortune Global 500 , encontramos: 

(Posición en el ranking - Ingresos - Nº de empleados - Ingresos por empleado)
#1 - Wal-Mart Stores - $485,7 billion - 2.200.000 empleados - $220.750/empl.
#5 - Exxon Mobil - $382,6 - 83.700 - $4.571.050/empl.
#8 - Volkswagen -   $268,6 - 592.600 - $453.200/empl.
#15 - Apple -           $182,8 - 97.200 - $1.880.600/empl.
#124 - Google -       $71,5 - 53.600 - $1.333.700/empl.
#140 - Telefónica - $66,8 - 123.700 - $540.200/empl.

Es decir que Volkswagen emplea hoy a 11 veces más personas que Google. Y la facturación por empleado de Apple es 3,5 veces la de Telefónica, y 8,5 la de Wal-Mart. 

Muchos datos en la coctelera. Creo que merece la pena seguir la reflexión en otro post.

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Os dejo con la propuesta textual de Keynes, para que se anime el debate:

John M. Keynes
"For many ages to come, the old Adam will be so strong in us that everybody will need to do some work if he is to be contented. We shall do more things for ourselves than is usual with the rich to-day, only too glad to have small duties and tasks and routines. But beyond this, we shall endeavour to spread the bread thin on the butter-to make what work there is still to be done to be as widely shared as possible. Three-hour shifts or a fifteen-hour week may put off the problem for a great while. For three hours a day is quite enough to satisfy the old Adam in most of us!".

El texto completo (en inglés) de la conferencia lo puedes leer aquí

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