"Mirad las aves del cielo: no siembran, ni siegan..."

"...ni encierran en graneros, y vuestro Padre celestial las alimenta" Mt 6,26.

Seguimos con la reflexión sobre el futuro del trabajo y los trabajos del futuro. Tema que parece estar de moda, visto el aluvión de artículos, reportajes, informes y hasta congresos que lo están abordando. El documento más reciente, el publicado a finales de Mayo por la OCDE: "The Risk of Automation for Jobs in OECD Countries", cuya reseña en "El País", podéis leer aquí.

Para terminar el análisis del impacto que la automatización (la que ahora somos capaces de prever, quién sabe lo que surgirá dentro de treinta años) puede tener sobre determinados oficios o profesiones, es llamativo el siguiente cuadro, que otorga % muy altos de probabilidad de desaparecer a algunas de ellas y, por el contrario, un % muy bajo a otras:

Lo cual no quiere decir que desaparezca la función, sino que será realizada por sistemas automatizados (o sea que seguirá habiendo tele-vendedores, aunque sean robots de voz dulce y paciencia infinita). Curioso que clérigos y dentistas sean de los oficios calificados como de mayor "resistencia" a la automatización. 

Entonces, si las máquinas, robots, o sistemas automatizados se ocupan de muchas de las tareas que han venido realizando hasta ahora los seres humanos, ¿será suficiente el resto de tareas para que las personas, en términos generales, se puedan ganar decentemente la vida trabajando? o bien, ¿se producirá un reparto desigual de ocupación, donde unos, con las capacidades y experiencia relevantes puedan desempeñar una labor "a tiempo completo", prestigiada y bien remunerada, mientras que otros, con menos capacidades o menos relevantes o menos experiencia, se tengan que conformar con trabajos precarios, esporádicos, de menor valor añadido y mal remunerados? (según escribo ésto, no me parece un escenario tan alejado de la situación actual). ¿Y cuántos habrá en el grupo de los "unos" y cuántos en el de los "otros"?. Porque, si en lugar de un reparto 70-30 que puede ser el caso actual en España, y que ya representa una situación social casi insostenible, se diera, en veinte/treinta años, un 50-50 o, incluso, un 30-70, ¿quién asegura la "paz social" en ese escenario?.

Menos mal que ya habido gente que ha pensado en ésto. Y, para "paliar" los efectos negativos que pueda tener la automatización en el empleo, en una encuesta incluida en el informe de Citi y la Oxford Martin School que venimos consultando, se dice que los encuestados proponen medidas del siguiente tipo (los comentarios entre paréntesis son míos):

- Invertir en Educación (por supuesto, pero sabiendo que su efecto es a medio/largo plazo)

- Fomentar el emprendimiento (hacer de la necesidad virtud)

- Impulsar políticas activas de empleo (peligro: burocracia)

- Promover innovaciones que aumenten el empleo (bien, pero limitado potencial; volver a construir pirámides por el método tradicional no es la solución)

- Bajar impuestos a las clases bajas (muy popular, pero arregla poco)

- Subir impuestos a las clases altas (muy popular, pero arregla menos)

- Aumentar la presión fiscal a las rentas de capital (mejor que sea el consumo la fuente principal de ingresos fiscales; si uno se compra un Ferrari con su capital, ya pagará el IVA correspondiente)

- Regular la implantación de la automatización (poner puertas al campo)

- Introducir rentas mínimas sufragadas por el Estado (puede ser, pero no "a fondo perdido", sino con compromiso de devolución a medida que se tengan ingresos). 

- etc... 

Me suena a más de lo mismo, con resultados previsibles... e insuficientes. Creo que hace falta otro enfoque, más creativo, disruptivo, arriesgado,... quizá utópico. Dejaremos el ejercicio de prospectiva para el próximo post.

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Posdata: Este año se cumplen 500 de la publicación de "De optimo reipublicae statu, deque nova insula Vtopia", de Tomás Moro, conocida popularmente como "Utopía". 

Utopía - Portada original

De cómo se organiza el trabajo en la isla, copio de la Wikipedia:

"Todos los ciudadanos aprenden el arte de la agricultura y pueden elegir más oficios, según sus aficiones, aptitudes y las necesidades de la ciudad. La jornada laboral es de seis horas, suficientes para proveer a la comunidad de las cosas necesarias para la vida y para la comodidad. Todos los ciudadanos aptos, hombres y mujeres, trabajan. De las horas restantes del día, dedican ocho al sueño y las horas libres como deseen, pero son estimulados a realizar actividades que desarrollan la creatividad y la inteligencia, como lectura, música, conversación, juegos matemáticos, etc."

Con el "aggiornamento" necesario, ¿dónde hay que firmar?.