El hombre invisible |
Desde que en 1897 H.G. Wells publicara su libro "The Invisible Man", la idea de poder desarrollar técnicas para volverse invisibles ha poblado multitud de comics, relatos fantásticos y de ciencia ficción. En la novela, el protagonista, Griffin (sólo un apellido, sin nombre) lo consigue cambiando el "índice refractivo" de la persona, para que coincida exactamente con el del aire, de forma que su cuerpo no absorba ni refleje la luz. El problema es que el proceso en esta ficción es irreversible, lo que le causa todo tipo de situaciones comprometidas al bueno de su protagonista.
Damos "fast forward" hasta 1961. En ese año se publica, por entregas, el comic "Fantastic Four #1", donde, a consecuencia de una brutal exposición a una lluvia de rayos cósmicos durante una misión espacial, los 4 "fantásticos" desarrollan unas cualidades extraordinarias. En concreto, Susan "Sue" Storm desarrolla la capacidad de hacerse invisible (y de hacer invisibles a determinados objetos) gracias a que puede "doblar" todas las longitudes de onda de las emisiones que llegan alrededor de su cuerpo.
Y la ciencia real, ¿dónde se encuentra en este campo?. Pues parece que hay muchas vías de investigación en marcha, aunque hoy por hoy los resultados son modestos (pero teniendo en cuenta que la primera aplicación práctica que a todos se nos ocurre de la "invisibilidad" tiene que ver con las actividades de seguridad y defensa, a saber qué parte de los avances son de dominio público o están bien custodiados por los estamentos militares correspondientes).
Lo último publicado (y le debo el "scoop" y la idea en general de este post a mi amigo Luis T.) procede de la Universidad de Rochester, donde John Howell, profesor, y Joseph Choi, estudiante de doctorado, han presentado un método de ocultamiento óptico tridimensional, basado en una combinación ingeniosa de lentes que hace que el observador continúe viendo el fondo de la escena y, sin embargo, no vea el objeto que se encuentra en una determinada posición de su línea de visión. Lo podéis leer en este artículo:
Pero hay más caminos. Uno que promete es el que usa "metamateriales", en el que trabajan investigadores de la Universidad de Cambridge. Los metamateriales son como hileras de nanopartículas de oro engarzadas por una luz láser. Acumulando varias capas, se puede llegar a recubrir un objeto, con la peculiaridad de que estas nanopartículas reflejan o absorben la luz de una forma muy especial, posibilitando el "camuflaje" o la "invisibilidad". Leyendo sobre este tema, he descubierto los "cucurbiturilos" (compuestos químicos cuyo nombre se debe a su parecido con una calabaza, "cucurbita" en latín) y que en este caso se usan para mantener unidas las hileras de nanopartículas. Curioso.
En el campo militar, una aplicación conocida es el Adaptiv, una tecnología de camuflaje activo desarrollada por BAE Systems. Está pensada para "despistar" a los instrumentos de detección nocturna, es decir los que utilizan infrarrojos para detectar las fuentes de calor. En un ejemplo que dan, utilizan 1000 paneles hexagonales para recubrir cada lateral de un carro de combate. Mediante sensores térmicos, o bien recurriendo a patrones estándar, estos paneles se programan para irradiar la cantidad necesaria de calor para que el observador que está utilizando infrarrojos "vea" simplemente el fondo de la escena o bien una imagen alternativa menos "agresiva", por ejemplo un vulgar jeep.
El traje de camuflaje activo. Ya hay prototipos. |
Una tecnología que tuvo su momento de gloria y que ahora se encuentra en decadencia fue la de los aviones stealth, "invisibles al radar", que es cierto eran casi indetectables para las capacidades de los radares de esos años (década de los 90 especialmente, donde tuvieron gran protagonismo, por ejemplo, en la primera Guerra del Golfo). Pero los avances en las nuevas tecnologías de teledetección y de análisis digital de señales los han vuelto "visibles", por lo que seguro que las fuerzas aéreas están trabajando en otras formas de escaparse a los ojos y oídos del enemigo.
En resumen, el atractivo de volverse invisible o de hacer invisibles a determinados objetos es tan alto que no faltarán fondos para las distintas líneas de investigación. Y en algún momento se le chafará la magia a David Copperfield y sus famosas "desapariciones".
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Posdata: En Julio de 2005 se estrenó la versión cinematográfica de "Los 4 Fantásticos". El papel de Susan "Sue" Storm lo interpretaba Jessica Alba. Creo que no soy el único que prefería que no desapareciera de la escena...
Telmo, que sigue peleado con la informática, o mejor dicho la informática con él, me pide que inserte este comentario:
ResponderEliminarLa verdad es que estamos tardando mucho en conseguir la invisibilidad. Pese a nuestra supuesta inteligencia, vamos detrás de muchas especies animales que hace millones de años que lo han logrado (camaleón, pulpo, mantis, etc, etc)