Está claro que si te explican bien un concepto a priori complejo, y lo adornan con una serie de ejemplos ilustrativos, de pronto "se hace la luz" y, además de entenderlo, se te abre todo un mundo de nuevas posibilidades. ¿De qué estoy hablando? Pues, en este caso, de eso que se conoce desde hace unos años como el "Internet de las cosas" (Internet of Things ó sus siglas IoT, que ya aparecen con frecuencia en artículos y publicaciones). Y de la exposición sobre el tema que le escuché, hace unas semanas en ESADE, a David del Val, Consejero Delegado de Telefónica I+D.
IoT - Internet of Things |
Porque lo de "miles de millones de objetos con sensores conectados a través de Internet" que tantas veces hemos oído es un concepto muy genérico, que, sí, le das importancia, pero no lo traduces en cómo puede hacer que cambie el modelo de negocio de muchas industrias y, también, nuestras vidas.
El concepto clave para mí es el de "Objeto conectado", entendido como la suma de "Objeto físico" + "Componentes inteligentes" + "Componentes de conectividad".
Empezando por esto último, la conectividad, está claro que el concepto está inventado (ahí andamos todos con el 3G, el 4G, el WiFi,...). El cambio significativo se produce cuando confluyen dos tendencias, la miniaturización y la estandarización, y se reducen de manera drástica los costes de fabricar lo que podríamos llamar el "módulo estándar de conexión". Y que ahora puede estar en unos 5€, que en el 202X puede bajar a 1€ y más adelante, seguro, a una cantidad casi irrelevante.
Lo importante del componente de conectividad asociado a un objeto físico es que "habilita la existencia del objeto fuera de sí mismo". Leed, por favor, esta frase otra vez. Quiere decir que, hoy, una botella de agua, una pieza de un motor, una lavadora, una camisa, etc... una vez vendidas ya no se sabe nada de ellas (bueno, sí que podemos llevar un registro de a quién se la hemos vendido, pero poco más). Con un componente de conectividad asociado, el objeto físico adquiere "vida propia", y puede informarnos de su vida y milagros durante años (hasta que se le acabe la batería).
Y, una vez conectado, intervienen los "Componentes inteligentes". Donde podemos imaginar todo lo que queramos. Al menos tres cosas, en palabras de David del Val:
1) Cómo se usa el objeto - Y en tiempo real - (por ejemplo, cuántas veces, cómo y cuándo se usa una crema de cuidado del cutis, y lo mismo de una lavadora). Lo que abre todo un mundo de mejoras en el diseño de los productos y en su personalización.
Click & Pizza |
2) Un nuevo elemento de comunicación directa con los clientes. Por ejemplo, la iniciativa "Click&Pizza, desarrollada en conjunto por Telefónica y Telepizza, supone que mediante un "botón" imantado al frigorífico, puedo activar un pedido de forma instantánea para que me traigan mi pizza favorita. Sin descolgar el teléfono, sin buscar la App de Telepizza, sin dar ningún código de nada... (aquí nos podría contar mucho más mi amigo y seguidor del blog Emilio T.).
O el proyecto, también de colaboración de Telefónica con la industria del automóvil, "O2 Car Connection", donde la información generada por el ordenador de a bordo del vehículo se integra y procesa en el smartphone del propietario, emitiendo, en su caso, mensajes de alerta: "Soy tu coche y tengo un problema".
3) Una transformación desde "vender un producto" a "vender un servicio". No te vendo una lavadora; te vendo un servicio de lavado, donde yo me preocuparé de avisarte de cuándo debes sustituir el filtro, o cambiar de modelo, o de hacerte ofertas para que pases a usar la lavadora cuando la electricidad sea más barata...
Conexión total coche - propietario |
O el proyecto, también de colaboración de Telefónica con la industria del automóvil, "O2 Car Connection", donde la información generada por el ordenador de a bordo del vehículo se integra y procesa en el smartphone del propietario, emitiendo, en su caso, mensajes de alerta: "Soy tu coche y tengo un problema".
3) Una transformación desde "vender un producto" a "vender un servicio". No te vendo una lavadora; te vendo un servicio de lavado, donde yo me preocuparé de avisarte de cuándo debes sustituir el filtro, o cambiar de modelo, o de hacerte ofertas para que pases a usar la lavadora cuando la electricidad sea más barata...
Lo que, todo en conjunto y si se hace bien, incrementa de forma notable el "coste de cambio" a otro proveedor (del producto o del servicio). O, en sentido positivo, incrementa la fidelidad del cliente a nuestro producto o servicio. El nirvana del Marketing.
Las posibilidades del IoT no se limitan, aunque sean su mayor campo de actuación, a la relación B2C. Toda la cadena de suministro, incluidas las fases de fabricación y distribución, puede beneficiarse. Por ejemplo, uno de estos sensores acoplado a una botella de vino de un envío, puede informar de la temperatura a la que se está viendo sometida, en cada momento, desde el almacén de la bodega hasta la casa del cliente, pasando por todas las etapas intermedias. Y alertar en tiempo real si se producen condiciones anómalas (por calor o por frío) que puedan influir en la calidad del producto.
Uno de los retos a los que se enfrenta el IoT (o las industrias de base que lo están configurando) es conseguir una mayor duración de las baterías que alimentan a los sensores, reduciendo su coste y con un tamaño cada vez menor. En cambio, los requerimientos adicionales de banda ancha no parecen representar mayor problema (lo que consume un objeto conectado, aun transmitiendo información varias veces por minuto, no es nada comparado con lo que chupa un vídeo descargado de YouTube).
Pero, cuando se dispara la imaginación, es si ampliamos el concepto de "objeto conectado" a "persona conectada". Con todos los "caveat" y precauciones en lo que tiene que ver con privacidad y libertad individual. Ya apunté una posibilidad hace unas semanas en el post sobre gadgets tecnológicos para la 3ª edad, en forma de microchip subcutáneo que informara en tiempo real de la localización de una persona (pensando en enfermos con problemas de memoria).
En la misma línea, ¿estaría dispuesto un diabético a tener un implante que monitorizara con la frecuencia establecida sus niveles de azúcar en sangre y lanzara alertas en caso de evolución peligrosa? O una persona con una insuficiencia cardíaca o con un marcapasos, lo mismo: ¿un sensor que anticipara episodios potencialmente graves con antelación suficiente como para mejorar las capacidades de respuesta?
En el fondo, es el mismo concepto:
"Persona física" + "Componentes inteligentes" + "Componentes de conectividad".
Como he dicho al comienzo, un mundo de posibilidades. Yo, desde luego, me apunto.
Los riesgos del "Gran Hermano" |
Uno de los retos a los que se enfrenta el IoT (o las industrias de base que lo están configurando) es conseguir una mayor duración de las baterías que alimentan a los sensores, reduciendo su coste y con un tamaño cada vez menor. En cambio, los requerimientos adicionales de banda ancha no parecen representar mayor problema (lo que consume un objeto conectado, aun transmitiendo información varias veces por minuto, no es nada comparado con lo que chupa un vídeo descargado de YouTube).
Pero, cuando se dispara la imaginación, es si ampliamos el concepto de "objeto conectado" a "persona conectada". Con todos los "caveat" y precauciones en lo que tiene que ver con privacidad y libertad individual. Ya apunté una posibilidad hace unas semanas en el post sobre gadgets tecnológicos para la 3ª edad, en forma de microchip subcutáneo que informara en tiempo real de la localización de una persona (pensando en enfermos con problemas de memoria).
Microchip subcutáneo (boceto) |
En el fondo, es el mismo concepto:
"Persona física" + "Componentes inteligentes" + "Componentes de conectividad".
Como he dicho al comienzo, un mundo de posibilidades. Yo, desde luego, me apunto.
Estimado Ángel,
ResponderEliminaragradezco tu comentario sobre nuestra iniciativa del Botón Click & Pizza. En su momento, elegimos la tecnología de redes móviles 2G que es la que más amplia cobertura nos proporcionaba y evitaba el tedioso emparejamiento del botón con la red Wifi. La tecnología 2G embebida en el Botón Click and Pizza tiene un alcance universal, mientras que todavía sigue habiendo un sector de la población que no dispone de red wifi.
El Botón Click & Pizza permite que cualquiera de los pedidos realizados por un cliente en la Tienda Online de Telepizza www.telepizza.es sea identificado como el pedido asociado al Botón. La asociación se puede modificar en cualquier momento y un cliente de la Tienda Online de Telepizza puede disponer de varios botones, cada uno de ellos asociado a un pedido distinto.
Para información adicional sobre el Botón Click & Pizza os remito a nuestra Tienda Online de Telepizza
http://www.telepizza.es/info/boton-clickandpizza
Emilio Tovar