viernes, 4 de diciembre de 2015

Reinventar la Educación: Y, por fin, la tecnología

Empezábamos esta serie de artículos sobre cómo "reinventar" la educación sugiriendo que quizá deberíamos volver a hacernos y reflexionar sobre las preguntas básicas: ¿para qué debe servir la educación? ¿qué hay que aprender? ¿cómo se aprende? ¿cuál debe ser el papel del profesor?. Y, tras haber tratado de responderlas, llegamos a este último post, donde también hay una pregunta importante de fondo: ¿Cómo puede contribuir la tecnología a conseguir los objetivos del proceso de aprendizaje? Pero quiero resaltar que el orden ha sido importante. De poco sirve aplicar la mejor o más novedosa tecnología a un proceso mal diseñado o ineficiente, o con los objetivos poco claros.  
 
El ejemplo más claro de este enfoque equivocado sería sustituir los libros de texto tradicionales por versiones electrónicas en pdf, accesibles para todos los alumnos, eso sí, mediante tablets de última generación. Pero sin modificar ni un ápice ni las posibilidades de interacción con el texto, ni de exploración o búsqueda de contenidos adicionales, ni, por supuesto, el método pedagógico del profesor. Me diréis, hombre eso no se le ocurre a nadie... ¿o sí?.
 
Al hablar de tecnología aplicada al proceso de aprendizaje, me estoy refiriendo a las famosas TIC's (Tecnologías de la Información y Comunicaciones), aunque en su sentido más amplio. Basta darse una vuelta por salones como el SIMO Educación, que se celebra cada año en IFEMA, Madrid, para darse cuenta del amplio abanico de posibilidades. Que su lema sea "Enseñar a aprender en un mundo digital" es ya una clara declaración de intenciones. Copio, en orden aleatorio, el título de algunas ponencias del catálogo del salón de este año:
 
- MLearning and BYOD (Bring your own device) en un aula de Primaria
- Gamificación de las clases con Classcraft
- Realidad aumentada en Tierra de Gigantes
- El trabajo por proyectos en la FP: "Plataforma Edugame"
- Tabletas en la evaluación de lenguas extranjeras
- Enseñando con Facebook: la transformación en el aula
- Monitores interactivos Clevertouch con procesador Android integrado: clases simples y eficaces de gran impacto visual
- Metodología verbotonal y iPad en la educación del niño sordo
- Rodar una película con la comunidad educativa con un concepto matemático como punto central del argumento
- Class of Clans. Gamificación integrada de cuatro asignaturas en Secundaria
- Mindfulness en el aula: cinco minutos de clases muy rentables (esto no es TIC, pero está muy bien)
- Del carboncillo al megapíxel: retos de una educación artística a distancia
- Creación de contenidos y flipped classroom (Sway, Office Mix)
- ... y así hasta 120 ponencias en tres días, incluyendo la de "Chincheto, Tonacho, Alexelcapo, y sus experiencias con Windows 10 y Office", que, sin duda, tuvo que ser memorable.
 
Y lo mejor es que estas charlas, la mayoría experiencias ya puestas en práctica en el aula, no las dan gente venida de Stanford ó de Warwick, sino maestros y profesores del Colegio San José Obrero de Palma de Mallorca, de los Maristas de Collado-Villalba o del IES Las Lagunas de Mijas. Gente innovadora y con la suficiente iniciativa para sortear, lo mejor que pueden, todas las rigideces que el sistema formal les impone y que, a la postre,  tienen que seguir cumpliendo. Gente que ejerce su magisterio en la escuela pública, en la concertada ó en la privada: esa no es la cuestión.
 
¿Dónde está, por tanto, el reto? Pues, a mi modo de ver, bastaría con que, en una primera fase, el sistema educativo "oficial" no desincentivara estas iniciativas. Y ya, si  pusiera lo mejor de su parte para que, incluso, estuvieran apoyadas por centros e inspecciones,  y se tuvieran en cuenta a la hora de evaluar a los centros y a los docentes y propiciar avances en su carrera profesional, miel sobre hojuelas.

Aula super-tecnológica. Está bien, si se cumplen los objetivos y principios básicos del aprendizaje
Por último, tengo la sensación de que esta ola tecnológica está en efervescencia en los niveles escolares (desde Infantil al Bachillerato), y se atenúa mucho al llegar a la Universidad, donde para bastantes profesores todavía hoy una clase bien dada consiste en llenar varias pizarras de "materia" que luego será evaluada en el examen correspondiente.

Hace ya más de dos años que, en el post "Sola se queda Fonseca..." , toqué el tema de los MOOC´s (Massive Open Online Courses), como fenómeno detonante de un cambio disruptivo en las enseñanzas universitarias y en el "life-long-learning" (aprendizaje a lo largo de la vida, o formación continuada). Según pasa el tiempo, la evidencia es cada vez más palpable.

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Termino esta serie de posts en torno a la educación con lo que para Ken Robinson deben ser las responsabilidades de los distintos estamentos del sistema educativo:
- La educación debe centrarse en crear las condiciones para que los alumnos quieran y puedan aprender.
- La función de los profesores es facilitar el aprendizaje de los alumnos.
- La función de los directores es crear en sus escuelas las condiciones para que los profesores puedan ejercer su trabajo.
- La función de los responsables de la política educativa es crear condiciones en su ámbito de competencia para que los directores y las escuelas puedan cumplir estas responsabilidades.

Es difícil no estar de acuerdo.
 
 

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