Portada del libro |
En la portada de la edición española del libro de Stephen Baker titulado The Numerati (2008), aparece un inquietante subtítulo: "Lo saben todo de ti", que no se encuentra en la versión original. Sea por añadirle gancho comercial al título, o por fomentar un poco el morbo del lector que, a primera vista, pudiera pensar que se trata de un tratado sobre alguna secta medieval, el caso es que el tema del libro es de gran actualidad y con una gran proyección a futuro.
Por despejar la incógnita, Baker llama "numerati" a los tecnólogos de la informática (en sentido amplio) que, a través de sus algoritmos de búsqueda, clasificación, interrelación, catalogación,...de montañas ingentes de datos, poseen el poder de controlar la información de nuestra vida. ¿Exagerado? Basta ver algunos ejemplos:
- Ya es ampliamente conocido que la misma búsqueda en Google realizada desde dos ordenadores distintos, de forma cuasi simultánea, puede arrojar resultados diferentes, tanto en la ordenación de las entradas como en el tipo y colocación de los anuncios que el propio buscador inserta en la cabecera y en los laterales. ¿Y por qué sucede ésto? Hay una primera explicación, digamos desmitificadora: "a fin de cuentas, el algoritmo que hay detrás de la búsqueda no es tan completo ni sofisticado como parece, y de ahí que coloque, dentro de una cierta lógica, lo que va encontrando". Ingenuo.
A veces es difícil entender cómo funciona el algoritmo |
Lo cierto (hasta donde se puede hablar de certeza en estas cosas) es que parece que el algoritmo no sólo tiene en cuenta las palabras clave que ponemos, sino que "sabe" quién las está poniendo, o más bien, la historia del ordenador desde el que se realiza la búsqueda. Y no es lo mismo buscar "mallorca" desde un ordenador "limpio" de historia, que desde otro donde las búsquedas anteriores y las páginas visitadas han tenido que ver con "cuevas del drach", "chopin" ó "ensaimada". Este es el terreno de las famosas "cookies", que registran nuestros hábitos de navegación por Internet.
- Como empleados, hay varias formas en que la empresa puede utilizar la información para mejorar la productividad. Por ejemplo, analizando el flujo de emails dentro de la organización, sin tan siquiera entrar en el contenido (que también lo harán). Sólo "mapeando" quién se escribe con quién, se establecen las redes de flujo de información dentro de la empresa. Que en la mayoría de los casos coincidirán con las relaciones lógicas de jerarquía y de colaboración en procesos determinados. Pero que, en otros, ayudan a detectar extremos: "nodos" de gran influencia, que no se corresponden con la posición de la persona en cuestión, ó empleados "aislados", que o bien sufren de "mailfobia" o nadie cuenta con ellos.
- Otra forma es ayudando a optimizar la asignación de recursos a proyectos. Que en una empresa pequeña no es difícil, pero que puede requerir de una alta sofisticación cuando hablamos de 400.000 personas (caso de IBM que se menciona en el libro) que pueden ser asignadas a proyectos de caracter global y con una tipología de conocimientos muy variada.
Realidad virtual para hacer la compra |
- En el caso de la información que vamos dejando como consumidores, está claro. Cada vez que pagamos una compra con tarjeta o nos apuntamos a una tarjeta de fidelización para conseguir descuentos, le estamos abriendo nuestra cesta de la compra al mundo. Y con información precisa no sólo de qué y cuánto compramos, sino dónde y cuándo. Pero la sofisticación avanza, ya no espera a que lleguemos a pagar a la caja. Si tenemos activada la opción adecuada en el móvil, iremos recibiendo "alertas" y mensajes según vamos avanzando por los pasillos del supermercado: "Angel, que sabemos que te gustan los frutos secos: mira la promoción que tenemos de nueces de California".
- Hay un terreno en el que el análisis de variables y la predicción de comportamientos empieza a ser un poco inquietante: el del voto. Y ello porque está "demostrado" que en las contiendas electorales donde el resultado depende de unos pocos puntos porcentuales, vence el partido que identifica (y actúa) sobre unos pocos miles de votantes potenciales. Tradicionalmente los políticos se dirigían a grupos grandes e indiferenciados: obreros, jubilados, comerciantes, amas de casa,... Sin embargo hoy los "numerati" se concentran en los votantes y las demarcaciones "bisagra", los diseccionan con habilidad de cirujano y conforman los mensajes que a cada uno les gusta oir (no sé por qué esta frase me recuerda la de los principios de Groucho Marx). A pequeña escala, recuerdo que en las pasadas elecciones generales llamaba la atención la concentración de mítines en ciertas provincias, y el olvido de otras donde, aparentemente, "estaba todo el pescado vendido".
- Hay muchos más campos donde las posibilidades de analizar grandes cantidades de datos se puede traducir en información relevante, que lleve a decisiones más acertadas o a actuaciones más efectivas: sanidad, tráfico, seguridad nacional, consumo energético, transacciones financieras,... hasta se está configurando una nueva palabreja de moda "Big Data" para referirse a este tipo de análisis. Iremos desgranando estas posibilidades en futuras entradas del blog.
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En la serie Person of Interest (titulada Vigilados en España), un sistema supersofisticado tiene toda la información de lo que pasa en Nueva York cada segundo, y señala con antelación personas en riesgo físico por acciones criminales.
Cada capítulo empieza con este inquietante mensaje de Mr. Finch (creador del sistema):
Mr Finch consultando el sofisticado sistema |
Lo dicho. Cuando salgas a la calle saluda; alguna cámara / GPS / satélite,... te está grabando...
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