Hay que ver cómo el cambio de un parámetro económico (eso sí, de forma significativa), como es el hecho de que el precio del petróleo haya bajado hasta los $50/barril y que la expectativa a corto y medio plazo sea que se mantenga en esos niveles, afecta a un montón de previsiones y cambia prioridades en facetas muy diferentes de la actividad productiva.
Por ejemplo, hay un gráfico muy interesante que muestra para qué nivel de precio de $/barril de petróleo son rentables cada uno de los 5.400 pozos del yacimiento Bakken de EE.UU. (que se encuentra por debajo de los Estados de Dakota del Norte, Montana y partes de Canadá), y que es el mayor exponente de la técnica de extracción mediante "fracking". Pues bien, sólo un 7,5% (unos 400) de los pozos actuales resultan rentables con un petróleo en el entorno de los $50/barril.
Si los pronósticos se cumplen, ya se anuncia una explosión de la burbuja económica en Dakota del Norte, empezando por la posible bancarrota de muchos bancos de tamaño medio surgidos al amparo de la nueva "oil rush" producida en ese Estado en los últimos 8 años (Dato: actualmente Dakota del Norte es el Estado con menor índice de desempleo, 2,8%, y el nº 3 con mayor renta per cápita de todo USA).
El caso es que, en este contexto, se entiende que un descubrimiento realizado a finales del año pasado por el profesor australiano Martin Green (Brisbane,1948) que trabaja en la School of Photovoltaic and Renewable Energy Engineering (www.engineering.unsw.edu.au), en Sydney, haya pasado prácticamente desapercibido a nivel de gran público. Y tiene una tremenda importancia.
Por explicarlo en pocas palabras: si hasta ahora las células fotovoltaicas en uso eran capaces de convertir en electricidad alrededor de un 20% de la energía solar que reciben, la innovación de Green permite alcanzar hasta un 40,4% (y este rendimiento está ya certificado por laboratorios independientes). O sea el doble.
Martin Green y un colega con su "invento" |
Y lo mejor es que la innovación no proviene de algún descubrimiento de profundas raíces en la física del estado sólido, sino que se ha logrado utilizando células ya existentes. La novedad consiste en cómo las han dispuesto. Así lo explican:
Resulta que cada fotocélula comercial da mejor rendimiento en un color determinado del espectro, por ejemplo en el azul, en el ultravioleta, etc... Colocan 4 tipos distintos de células, 3 en tándem y 1 aparte. Separan la luz solar en 2 haces mediante un filtro: un haz lo dirigen al tándem de 3 y el otro a la célula separada. Resultado: 40% de rendimiento.
Y, al tratarse de una nueva combinación de dispositivos ya existentes, podría llegar a la industria solar en muy poco tiempo. Lo cual debería hacer ganar posiciones a la fotovoltaica en la escala de rentabilidad de los distintos tipos de energía. Que siempre ha sido el hándicap de la solar.
Recurriendo a Telmo, mi experto de cabecera en éste y en otros muchos temas, accedo al informe más reciente publicado por la International Renewable Energy Agency (IRENA) (www.irena.org), donde se ofrece un gráfico interesante con la variación 2010-2014 del coste relativo (en $/kWh) de generación de los distintos tipos de fuentes de energía:
Lo primero que se observa es que no hay una única cifra por tipo de energía renovable; la explicación es que, dependiendo de en qué país esté la instalación y de sus características técnicas, el coste final es diferente (con un rango de variación muy alto en algunos casos, como se puede ver).
Lo segundo es que, en estos últimos 4 años, está claro que la energía cuyo coste promedio se ha abaratado en mayor medida ha sido la fotovoltaica, seguida de la termosolar (CSP: Concentrated Solar Power en inglés).
También, que la energía procedente de biomasa, de geotermal, hidráulica y eólica terrestre son ya competitivas con las instalaciones que utilizan combustibles fósiles (que están en un rango de 0,045 a 0,140 $/kWh, claro que supongo que calculado con un coste del petróleo de $90/barril...). Aunque también hay que decir que no siempre hay acuerdo en cómo medir los costes totales de una instalación; que si hay que considerar también los costes de integración en la red, los impactos medioambientales, los costes de CO2, etc...
Pero, a lo que voy. Si con la innovación de Green se duplica realmente el rendimiento de una instalación fotovoltaica, el coste final de obtención de un kWh será bastante menor. Y una verdad como un puño: El Sol va a durar más que el petróleo. Por lo que bienvenido sea el invento australiano.
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Mi reconocimiento a Félix Ares, que, en su columna "Big Bang" de finales de Diciembre en El Diario Vasco, me dio la pista para este post.
Con el artículo prácticamente "cocinado", ha aparecido esta misma semana en la prensa otra innovación que tiene como protagonista a la energía solar. Se trata de la propuesta del químico estadounidense Daniel Nocera que, utilizando una bacteria genéticamente modificada, convierte la energía solar en un combustible líquido, el isopropanol. Aquí podéis leer el artículo de El País:
http://bit.ly/1DduIcI
Con el artículo prácticamente "cocinado", ha aparecido esta misma semana en la prensa otra innovación que tiene como protagonista a la energía solar. Se trata de la propuesta del químico estadounidense Daniel Nocera que, utilizando una bacteria genéticamente modificada, convierte la energía solar en un combustible líquido, el isopropanol. Aquí podéis leer el artículo de El País:
http://bit.ly/1DduIcI
Desde luego que la fotovoltaica será una porción cada vez más grande del queso energético. Ahora bien, ¿en algún momento llegará a ser la única fuente? y, a corto plazo, ¿cuándo invertir en fotovoltaica?
ResponderEliminarCon todo mi fervor por las renovables, pienso que siempre habrá que tener fuentes que no dependan del parte meteorológico. Por otra parte, la energía solar (como las líneas aéreas) será vulnerable a otros fenómenos como erupciones volcánicas con escapes masivos de gas y ceniza.
En todo caso, lo que cuenta Ángel son muy buenas noticias.
¿Podemos invertir en fotovoltaica? Eso es otra cuestión. Muchos de los que apostaron porque creyeron que había llegado el momento se la han pegado (como los de Dakota). No sé quien decía, con mucha razón, que el que se equivoca en el tiempo se equivoca en el concepto.
Por mi parte, he apostado fuerte esta misma semana por la subida de petróleo. Fuerte a mi escala, claro, que es algo mas modesta que la de G. Soros y W. Buffet. Por cierto que es curioso la enorme amplitud de las oscilaciones del precio. ¿Alguien puede explicar cual es el mecanismo de mercado que produce semejantes bandazos?
Da la casualidad de que estuve hace unos días en el Centro de Demótica Integral de la UPM; tienen un proyecto óptico para concentrar la luz que reciben las células solares “normales” que aumenta considerablemente su eficiencia energética (me hablaron de pasar del 15% al 40%).
ResponderEliminarAdjunto el vínculo: http://www.cedint.upm.es/es/proyecto/f3
Saludos.
Profana soy en la materia, pero desde luego me gusta la energía solar. Aquí en Madrid creo que se agradecería bastante, nos traería nuevos aires, más limpios… y si lo unimos a un post anterior, con coches híbridos ya sería el no va más. Si hay que firmar en algún sitio, firmo ya.
ResponderEliminarTelmo, con el precio del petróleo nunca se sabe, depende de lo aliados o en guerra que estén los países productores. Ahora mismo está a la baja, porque se han puesto a producir como locos unos cuantos países, y hay exceso de oferta. Esto activa la competencia entre países productores, que abaratan precios. Venezuela y Rusia salen mal paradas de todo este lío que se traen. Y la historia se repite, porque ya pasó en el 86.
En estos últimos tiempos han escrito varios artículos al respecto. Puedes localizarlos en cualquiera de los periódicos nacionales. Pero os dejo la dirección de un artículo de opinión que a mí me lo dejó muy clarito, por si queréis echarle un vistazo.
http://elpais.com/elpais/2014/12/17/opinion/1418836990_306833.html