viernes, 4 de marzo de 2016

De Torre Picasso a Diagonal en menos de 2 horas

Cartel de la película
El 21 de Octubre de 2015, hace unos meses, se conmemoraba la fecha en que Marty McFly y Doc Brown "aterrizaban" en el futuro, 30 años después de su "presente" en la América tradicional de 1985. Hubo bastantes artículos en prensa y reportajes de televisión poniendo de manifiesto cuáles de los cambios tecnológicos y sociales anticipados en 1989 (año de estreno de la película) por los guionistas de "Back to the Future - Part II" habían resultado acertados y cuáles no.

Entre los aciertos, todo el mundo reconoce: la omnipresencia de cámaras de vigilancia, drones no tripulados para tareas mundanas, pantallas planas de gran tamaño montadas en la pared, sistemas de video-chat, anuncios en forma de hologramas parlantes, "wearables", pago mediante huella digital, cine en 3-D, etc...

Entre los "fallos", aparte de que hoy por hoy los viajes en el tiempo no son posibles (digan lo que digan en "El Ministerio del Tiempo"), destacan dos: todavía no hay monopatines que se deslicen sobre una capa de aire (los llamados hoverboards ) ni los coches vuelan, al menos de forma habitual. Pero esto último, por lo que vamos a ver a continuación, puede cambiar en pocos años.



Coches voladores en "Back to the Future II"
En Woburn, en las afueras de Boston, tiene su sede la empresa Terrafugia (www.terrafugia.com). Fue fundada en 2006 por un grupo de ingenieros aerospaciales formados en el MIT y por algún que otro MBA. Su nombre está tomado del latín, algo así como "Escapa de la Tierra", y su lema "We´re Driven to Fly" juega con el doble sentido de "driven" (estamos decididos / conducidos a volar). A corto plazo, están desarrollando el modelo Transition, que no deja de ser una pequeña avioneta con las alas plegables y que puede circular por las calles y carreteras como si fuera un coche.

El TF-X en tierra
Pero su verdadera apuesta, aunque a medio plazo, es el modelo TF-X. A juzgar por los vídeos promocionales, este sí que será un coche que vuele. Con 4 asientos, híbrido, capacidad de despegue y aterrizaje vertical (VTOL: Vertical Take-Off and Landing). Velocidad de crucero: 200 mph (322 Km/h) Rango: 500 millas (805 Kms.). Controlado por ordenador, aunque con opción de pasar a control por el conductor/piloto. Motor de 300 caballos.

De momento, la agencia Federal Aviation Administration (FAA) ha autorizado las pruebas de vuelo para una versión no tripulada y a escala 1/10. Los fabricantes calculan que el TF-X puede estar operativo en 8-12 años. Y su coste, aunque no dan ninguna cifra todavía, dicen que será competitivo con los "high-end luxury cars" (¿+-$100.000?).

Calculadora en mano, me he puesto a hacer números. Si la distancia en línea recta entre Madrid y Barcelona son 506 Kms. (ver www.distancia.co), a 322 Km/h tardaríamos 1 hora y 35 minutos. Añado 10 minutos al comienzo del viaje hasta llegar a una zona autorizada de despegue (por ejemplo la explanada delante de Torre Picasso) más la maniobra de despegue y puesta en velocidad de crucero y otros 10 minutos para la maniobra de descenso y para llegar desde la plataforma de aterrizaje (situada, por ejemplo, en la Plaza de la Reina María Cristina, enfrente de El Corte Inglés de Diagonal) a las oficinas de destino, y ya está: puerta a puerta en menos de 2 horas. Ni el AVE de última generación puede competir con este tiempo. Otra cosa será el coste (no tengo todos los datos para estimarlo).

Por supuesto que, antes de que este modelo u otros similares estén operativos, habrá que repensar muy bien cómo se ordena el "nuevo" tráfico urbano e interurbano. No es cuestión de que cada uno vaya a su aire, nunca mejor dicho, esquivando aquí y allá a otros voladores que compiten por el mismo espacio. Trabajo ingente para abogados y reguladores.

De momento, es una gozada ver cómo los fabricantes de TF-X imaginan que será un viaje a bordo. En este vídeo de 3 minutos.

El TF-X en vuelo
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Un artículo de Nidhi Goyal, en el newsletter de Industry Tap titulado "FAA Aproves Flight Testing of Terrafugia Flying Car" me puso en la pista de este interesante proyecto.

2 comentarios:

  1. La Humanidad tiene una enorme capacidad de crear herramientas que luego no sabe gestionar. Recuerdo cuando se inventó el segway (patinete eléctrico a dos ruedas paralelas) y Matías Prats nos decía que en un futuro cercano lo usaríamos todos y ahora vivimos su estricta regulación, cuando no su prohibición en muchas ciudades, no su potenciación.
    Harán falta muchos y buenos consultores tecnológicos para que el coche volador sea una realidad en nuestra ciudades.
    Y puestos a calcular tiempos de desplazamiento ¿qué tal entre nuestra casa y la playa más cercana donde haga sol y calor, ahora que aquí es invierno? (la interface con un sistema de previsión del tiempo será clave para redirigirnos a destinos alternativos)

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  2. ¿y contamina tipo avión o será inocuo para el medio ambiente? A mí como que no me hace gracia lo de los coches voladores... preferiría el teletransporte, más a lo Star Trek

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