Visión artística de por dónde andan los Voyager |
Esta semana, el 5 de Septiembre, se han cumplido 35 años del lanzamiento de la sonda Voyager1, que, después de su "paseo" por Júpiter y Saturno, se dirige al espacio interestelar y ya se ha convertido en el objeto espacial construido por el hombre más alejado. Aunque su energía eléctrica se agotará en 2020-2025, por lo que dejará de transmitir, su inercia le seguirá impulsando cada vez más lejos. Está previsto que dentro de 40.000 años (no sé si llegaremos a verlo), se aproxime a "solo" 1,6 años luz de una pequeña estrella de la constelación de Ofiuco.
"Golden Record" |
Dentro de las dos sondas Voyager (la 2 va un poco por detrás, aunque en otra dirección), se encuentra lo que se conoce como el "Golden Record", realmente un disco que contiene imágenes y sonidos de la Tierra, así como detalles y datos para permitir, a una "inteligencia suficientemente avanzada", localizar su origen. Los contenidos y la forma de "simbolización" se decidió por un Comité dirigido por Carl Sagan en los años 70.
Carl Sagan |
Carl Sagan (1934-1996), nacido en Brooklyn, N.Y., hijo de emigrantes judíos ucranianos, además de una carrera brillante en el ámbito de la astronomía, alcanzó gran notoriedad como divulgador científico (la serie televisiva Cosmos, emitida por primera vez en 1980, le llevó al estrellato mundial). Pero mucho antes de eso, en 1966, publicó, junto al científico ruso I.S. Shklovskii, el libro "Intelligent Life in the Universe", donde se exponen y fundamentan con gran criterio (y con el conocimiento científico del momento) las posibilidades de encontrar vida inteligente en otros planetas.
Una de las fórmulas que propone para calcular el número de estrellas con posibilidades de albergar un planeta que haya desarrollado una "civilización tecnológica sustancialmente superior a la nuestra (varios centenares de años hacia adelante)" es un factor de:
- la tasa media de formación de estrellas, promediada sobre la vida de la Galaxia
- la fracción de estrellas que tienen sistemas planetarios
- el nº medio de planetas en cada sistema planetario con entornos favorables para el origen de la vida
- la fracción de esos planetas en que la vida efectivamente se desarrolla
- la fracción de esos planetas habitados donde se desarrolla vida inteligente durante la vida del sol local
- la fracción donde esa vida inteligente desarrolla una civilización técnicamente avanzada, y, por último,
- la duración en años de la civilización técnica.
Después de barajar distintas hipótesis sobre el rango razonable de cada factor, Sagan se moja, y el resultado que obtiene es que, alrededor de un millón de estrellas de la Vía Láctea tienen (en este momento) un planeta con una civilización avanzada. Parece mucho, pero considerando que se calcula que la Vía Láctea tiene 300.000 millones de estrellas, la cifra de estrellas con civilizaciones avanzadas sería de 1 de cada 300.000. Y, lo que añade dificultad al asunto: Se calcula que la distancia más probable a la más cercana de esas civilizaciones es de varios centenares de años luz.
Y volvemos al Voyager1. A pesar de su insistencia viajera, la estrella a la que se aproximará dentro de 40.000 años estará a sólo 3,45 años luz del sol, y encima es una enana roja, en las que prácticamente se descarta la existencia de planetas habitables... o sea que por la vía del contacto "físico" lo tenemos crudo (salvo que una de esas civilizaciones avanzadas lo sea tanto que ya esté colonizando el espacio interestelar y se "tope" con el Voyager de manera más o menos fortuita).
Pero hay otra vía de darnos a conocer mucho más rápida, y que ya se viene explorando desde los años 60 del siglo pasado: la radiación electromagnética.
Radiotelescopio utilizado en el Proyecto Ozma |
Antes de eso, y de manera no intencionada, ya hemos venido anunciando al mundo exterior nuestra presencia: desde que comenzó la comunicación por radio a gran escala a finales de los años 20, hay una esfera de ondas que, desde la Tierra, se ha venido expandiendo por el Universo a la velocidad de la luz. O sea que esas primeras emisiones se han propagado ya 80-90 años luz en el espacio, y quién sabe, si alguien con los medios tecnológicos adecuados (son señales muy débiles) pueda haber empezado a descifrarlas.
En sentido contrario, lo de poner la oreja a ver si nosotros escuchamos algo, un proyecto pionero fue el proyecto Ozma, impulsado en 1960 por el radioastrónomo americano Frank D. Drake. Consistió en construir un potente detector de señales de radio en la longitud de onda de 21cm (1.420 megaciclos/seg), que es la correspondiente al Hidrógeno, el elemento más abundante del Universo. En la idea de que, si cualquier civilización avanzada se planteara un estandar de transmisión interestelar, llegaría a la misma conclusión. Drake montó el detector en el radiotelescopio del Observatorio de Green Bank (West Virginia), y lo enfocó hacia dos estrellas próximas, Epsilon Eridani (a 10,8 años luz) y Tau Ceti (12,2 años luz) ... sin resultados. Diversas iniciativas siguieron y se agruparon, y continuan hoy, bajo el paraguas "SETI" (Search for Extraterrestrial Intelligence), transmitiendo y escuchando, pero sin resultados por ahora.
Orientación del Observatorio Kepler |
Una iniciativa relacionada con esto de buscar vida inteligente es la que está llevando a cabo el Observatorio espacial Kepler. Lanzado en Marzo de 2009, su objetivo es descubrir planetas similares a la Tierra en otros sistemas estelares. A pesar de que trabaja sobre un campo fijo de unas 145.000 estrellas de una zona específica de nuestra Galaxia, y sólo detecta posibles planetas cuando se produce un "tránsito solar" (variaciones en la luz emitida por la estrella cuando el planeta pasa por delante), a la fecha lleva unos 2.400 posibles candidatos identificados.
De esta forma, el "Extrasolar Planet Encyclopedia", que es algo así como el catálogo "oficial" de planetas extrasolares reconocidos va por 778 planetas confirmados en 573 estrellas (hay alguna estrella donde ya se han confirmado hasta 8 planetas distintos). Y es importante resaltar que el primer planeta extrasolar confirmado lo fue en 1992.
Kepler 20e y 20f en comparación con Venus y La Tierra |
O sea, que lo que Sagan y Shklovskii intuían en 1966, que "las estrellas, como norma, tienen planetas a su alrededor" va camino de confirmarse. Y que, en muchos de esos planetas se hayan dado condiciones para el desarrollo de vida inteligente, también. Lo que no ha cambiado es lo tremendamente lejos que está todo. Y, a menos que los "bosones de Dios" u otro invento de los físicos nos permita superar la barrera de la velocidad de la luz, la comunicación interestelar, si llega, puede ser tremendamente aburrida: "Hola, somos la Tierra" --> y 200 años después recibir "Lo siento, repita, le escucho muy bajo, debe de haber un problema de cobertura...".
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p.s.: Fue Luis V. , amigo y otro de los muy cualificados ingenieros que siguen este blog, el que me dio la pista sobre la efeméride del Voyager. En sus propias palabras, destacando el rendimiento de la sonda después de tantos años: "si es que ya no se fabrica como antes".
Luis me proponía abordar el tema del futuro de los programas espaciales, relacionándolo además con el reciente fallecimiento de Ray Bradbury. Es un tema muy amplio, lo iremos abordando.
No puedo dejar de señalar el fallecimiento, el pasado 25 de Agosto, de Neil Armstrong, el primer hombre que pisó la Luna, y animar a todos, siguiendo los deseos de su familia, a que "la próxima vez que veas la Luna sonriente en una noche clara, piensa en Neil y hazle un guiño".
No puedo dejar de señalar el fallecimiento, el pasado 25 de Agosto, de Neil Armstrong, el primer hombre que pisó la Luna, y animar a todos, siguiendo los deseos de su familia, a que "la próxima vez que veas la Luna sonriente en una noche clara, piensa en Neil y hazle un guiño".
Querido Ángel, una vez más enhorabuena por el blog y muchas gracis por la referencia y ánimo, seguro que aunque estén lejos, algún día conectamos con nuestros vecinos.
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