El pasado mes de Agosto tuvo lugar en Seattle la "Reinvent the Toilet Fair". Patrocinada por la Fundación de Bill y Melinda Gates (http://www.gatesfoundation.org ), tenía como objeto otorgar los premios de un concurso destinado a identificar "El Inodoro del siglo XXI". De verdad.
Y aquí, en la foto, se puede ver a Bill muy interesado en uno de los diseños.
El ganador fue un prototipo desarrollado por el California Institute of Technology (Caltech), que, alimentado por energía solar y mediante un reactor electroquímico, no sólo filtra y purifica los residuos sino que, además, genera como subproductos hidrógeno y electricidad... ¡Toma ya!.
Foto del prototipo ganador |
Esquema del inodoro ganador |
El objetivo del concurso era crear un dispositivo seguro, efectivo y barato para gente sin acceso a agua corriente.
El propio Bill, en su blog "Impatient Optimists" da algunos datos que justificaron el lanzamiento de esta iniciativa:
- De una población mundial de 7.000 millones de habitantes, unos 2.500 millones no tienen acceso a un sistema sanitario
- De ellos, unos 1.000 millones hacen sus necesidades al aire libre (¿Quien hace el trabajo de "campo", nunca mejor dicho, para obtener este dato?) y otros 1.000, en letrinas conectadas a pozos o fosas sépticas.
- El agua y la comida contaminada por aguas fecales provocan enfermedades diarreicas que matan a 1,5 millones de niños cada año (más que el sida y la malaria juntas).
Recreación de otro de los diseños ganadores |
O sea que desarrollar dispositivos de fácil transporte e instalación en comunidades y poblados remotos (junto con el refuerzo de buenos hábitos higiénicos y la superación de ciertos tabús culturales - por ejemplo en la India rural no se concibe tener el WC dentro o cerca de la casa) podría ayudar a reducir este macabro peaje anual. Aunque hay voces críticas que dicen que, antes de solucionar el "output" hay que solucionar el "input", o sea, que si no se come, difícilmente se ...
Esto para el "cuarto mundo". ¿Y en el "primero"? Pues aquí la problemática es muy distinta, ya que la motivación para buscar un nuevo diseño de inodoro viene por lo caro e ineficiente del sistema de saneamiento actual.
En primer lugar porque, a pesar de las medidas de ahorro impulsadas por la escasez periódica de agua en muchas ciudades, como el tener dos pulsadores diferenciados en la cisterna o el meter una botella dentro del depósito, el gasto que supone un uso normal de un váter de cisterna durante un día representa 10 veces más agua que la que es necesaria para beber (por las mismas personas).
Y en segundo, porque toda la infraestructura necesaria para conducir los residuos desde su punto de origen (cada WC de cada una de nuestras casas y oficinas) hasta su destino en la depuradora correspondiente representa un coste, de instalación y de mantenimiento, difícil de evaluar, pero que seguro que no es pequeño. Por no mencionar los conflictos que sus problemas ocasionan en todas las comunidades de vecinos.
Diagrama de red de saneamiento en un edificio |
Hay quien hace notar que el váter químico o váter "seco" ya está inventado desde hace mucho. Y es cierto; lo vemos en ferias, espectáculos al aire libre, obras, etc... En su versión más desarrollada, este tipo de váter se basa en cubrir las heces con un producto orgánico que absorbe su humedad, lo que destruye completamente el olor, y el papel también se incorpora, ya que es celulosa. Al poco tiempo, las heces ya sin humedad se convierten en humus. Y la orina, que va a otro depósito, es uno de los elementos más valiosos como abono por su alto contenido en nitrógeno. Lo que pasa es que estos dispositivos necesitan que alguien los vacíe cuando se llenan.
Operario vaciando el despósito del WC |
Igual que los de los aviones, que a pesar de la extendida creencia de que, de alguna forma, lo que se echa en ellos se suelta a la atmósfera, no es así. Todo se recoge en un depósito, con los oportunos productos químicos para compactar y reducir olores, que tiene que ser vaciado a la llegada a tierra.
¿Dónde estaría la innovación disruptiva en este campo? Pues por la vía japonesa de "reducir el desperdicio", sólo se me ocurre que, ojalá que dentro de mucho tiempo, éste sea el efecto indirecto de haber incorporado "pastillas" y elementos nutricionales a la dieta de forma que hagan disminuir la cantidad de alimentos "naturales" necesarios para conseguir una dieta sana y equilibrada. Y, por la vía de la eliminación más eficiente de los residuos, quizá pensar en una especie de "agujero negro" (nunca mejor dicho) de carácter biotecnológico incorporado a cada WC que "desintegre" dichos residuos en sus principios básicos o que los transforme en materia aprovechable para otros usos (biodiesel, fertilizante, combustible para calefacción,...).
¿Otras ideas?
¿Otras ideas?
Objetivos del concurso "Reinvent the Toilet" |
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