...: lo que enseñamos y cómo lo enseñamos" Esta frase-diagnóstico de Roger Schank (www.rogerschank.com ) supone el punto de partida para promover un verdadero cambio radical en cómo se enfoca el aprendizaje en las escuelas (y en todo el proceso de desarrollo de capacidades del ser humano).
Es también conocido el argumento de Seymour Papert, profesor del MIT y creador del lenguaje de programación LOGO, sobre el inmovilismo en el sistema educativo:
Lección de cirugía |
Quirófano actual |
“Si tomásemos a un cirujano de 1890 y lo colocásemos en un quirófano actual, entraría en shock y no sabría ni por donde empezar, dado el tremendo avance tecnológico que se ha producido en los quirófanos y en la medicina. Por el contrario, si tomamos un profesor de un colegio de enseñanza secundaria de la misma época y lo trasladamos a una escuela actual, podría tomar el ritmo de la clase en pocos minutos”. Que, podríamos resumir, consistiría en "enseñar" Matemáticas o Lengua o Ciencias Naturales (quizá con otro nombre) mediante "clases magistrales" a un "lote" de 25-40 alumnos, todos de la misma edad, y apoyado en unos libros de texto que pretenden contener el conocimiento necesario para demostrar, a través de una serie de exámenes, el nivel requerido en el currículo. Eso sí, con una pizarra digital en las aulas más avanzadas, en lugar de la clásica de tiza y borrador.
Escuela medieval |
Escuela actual |
Resultados:
- 33% de fracaso escolar; 53% de paro juvenil (en España, 2012).
- Aburrimiento supino de incluso los alumnos más proclives a meterse en el "engranaje del sistema" (escuchar, anotar, estudiar, memorizar, repetir en examen).
- Poca preparación para ganarse la vida en un trabajo / oficio que exija cierta cualificación (eso sí, perfecta para participar en concursos tipo "Saber y Ganar" ó "Cifras y letras").
- Marginación y "expulsión" del sistema de aquellos individuos que no se ajustan bien al patrón de "inteligencias" dominantes (lingüística, lógico-matemática), y que, en cambio, pueden destacar en otras menos valoradas (musical, cinestésica o espacial; curioso, porque luego los ídolos de la sociedad, y los que no se ganan mal la vida, son los Bisbales, los Nadales y los Alonsos), por no hablar de las inteligencias intrapersonal e interpersonal, que todo el mundo reconoce vitales a largo plazo para el desarrollo personal y profesional y que se encuentran "missing" en los currículos académicos.
- Sensación (y realidad) de pérdida de tiempo (12 años hasta terminar el bachillerato x 160 días x 8 horas = 15.360 horas... ¿con qué resultado?).
¿Y cómo debería ser esa escuela de 2030 (por poner un horizonte lo suficientemente lejano para pasar por encima de varios gobiernos y ministros de Educación) para que cumpliera con el objetivo de... ? Claro que, primero, habría que estar de acuerdo en cúal es el objetivo del sistema educativo... Se suele citar a John Adams, segundo presidente de EE.UU., que dijo que "school should teach us how to live and how to make a living": a vivir (en sociedad, añado yo) y a ganarnos la vida. Hay otros más sutiles, como Howard Gardner (el "descubridor" del concepto de inteligencias múltiples), quien dijo que "The purpose of education is to make you want to do what you have to do".
Un proceso de aprendizaje para vivir y trabajar en sociedad, sustentado sobre tres dimensiones nucleares (aquí reflejo en forma resumida las propuestas de Sebastián Barajas, amigo y maestro de estos temas):
1) Aprender a pensar: saber planificar, diagnosticar, predecir, modelizar, describir, experimentar, evaluar, juzgar, entender relaciones de causa-efecto...
2) Aprender a comunicarse: saber expresarse correctamente en forma oral y escrita, hablar bien en público, redactar resúmenes, informes y documentos, participar en debates aportando argumentos,...
3) Aprender a relacionarse: saber trabajar en equipo, conocerse a uno mismo, conocer a los demás, saber negociar y resolver conflictos,...
Todo ello aplicado a unos "dominios del conocimiento" que podrían ser los clásicos (Matemáticas, Lengua, Ciencias,...) pero tras una "re-ingeniería" profunda, o otros nuevos, más relacionados con las necesidades del mundo actual y futuro: Práctica profesional, Investigación científica, Práctica artística, Práctica deportiva, etc...
Un proceso de aprendizaje para vivir y trabajar en sociedad, sustentado sobre tres dimensiones nucleares (aquí reflejo en forma resumida las propuestas de Sebastián Barajas, amigo y maestro de estos temas):
1) Aprender a pensar: saber planificar, diagnosticar, predecir, modelizar, describir, experimentar, evaluar, juzgar, entender relaciones de causa-efecto...
2) Aprender a comunicarse: saber expresarse correctamente en forma oral y escrita, hablar bien en público, redactar resúmenes, informes y documentos, participar en debates aportando argumentos,...
3) Aprender a relacionarse: saber trabajar en equipo, conocerse a uno mismo, conocer a los demás, saber negociar y resolver conflictos,...
Todo ello aplicado a unos "dominios del conocimiento" que podrían ser los clásicos (Matemáticas, Lengua, Ciencias,...) pero tras una "re-ingeniería" profunda, o otros nuevos, más relacionados con las necesidades del mundo actual y futuro: Práctica profesional, Investigación científica, Práctica artística, Práctica deportiva, etc...
Inteligencias múltiples (Howard Gardner) |
Y con una serie de principios básicos (aquí mezclo varias fuentes y mi propia cosecha):
1) Que todo aprendizaje empieza con un objetivo.
2) Que las personas aprendemos más y más rápido cuando nos interesa lo que estamos aprendiendo.
3) Que sólo se aprende desde la práctica, mejor con la ayuda de un maestro.
4) Que el "café para todos" no sirve, porque cada uno de nosotros es diferente.
5) Que el profesor no debe dar respuestas, sino ayudar a sus alumnos a saber dónde buscarlas.
6) Que el mejor profesor no es el que más sabe sobre una materia determinada, sino el que es capaz de despertar en sus alumnos la ilusión y las ganas de aprenderla.
7) Que el ritmo del proceso de aprendizaje no debe estar determinado por la edad que uno tiene, sino por las capacidades que demuestra y la voluntad de seguir aprendiendo
8) Que si definimos el éxito como la capacidad de aprobar exámenes, convertiremos a los profesores en expertos preparadores de exámenes, y a los alumnos en "máquinas" obsesionadas con ese objetivo.
9) Que en la vida real no siempre hay "respuestas correctas", que no todo es blanco o negro, que hay muchos grises, que casi siempre hay que tomar decisiones basándonos en informaciones incompletas.
10) Que no todo el mundo va a ir a Harvard, ni que el objetivo del sistema educativo debe ser el preparar a los alumnos para ingresar en Harvard (o en Telecos o en Medicina, para el caso).
¿Y vamos en la buena dirección? Pues me gustaría ser más optimista, pero en el caso de España me cuesta verlo. Un par de referencias externas (una de una institución privada y otra de una pública; ese no es el debate) que me han gustado:
El Instituto Thomas Jefferson de México (http://www.itj.edu.mx) describe así su modelo: El modelo educativo del Instituto Thomas Jefferson parte de la educación personalizada con los alumnos; es decir, dentro del salón de clases se planean actividades que identifican los diferentes estilos de aprendizaje de los alumnos a fin de potencializar sus talentos. Nuestros alumnos aprenden a través de la experiencia que adquieren en las actividades que desarrollan sus inteligencias múltiples y su conocimiento. De estas vivencias, los alumnos se enfrentan a problemas reales, superan retos, trabajan en equipo, manejan sus emociones y lo más importante, logran la disciplina necesaria para alcanzar lo que se proponen lograr. Tejemos fuertes lazos entre el alumno y el maestro, quien trabaja en colaboración con psicólogos, coordinadores y directores. Buscamos la continua participación de todos y cada uno de los padres de familia con los que formamos un gran equipo que sirva de ejemplo para nuestros hijos. Estos valores están integrados por eslabones que componen un círculo holístico que rodea al alumno y liga al Instituto con la familia.
Un documento muy reciente y de lectura recomendada con el Curriculum Update del Ministerio de Educación de Nueva Zelanda http://nzcurriculum.tki.org.nz/Ministry-curriculum-guides/NZC-Updates/Issue-26-October-2012 , donde dice:
The New Zealand Council for Educational Research (NZCER) recently drew together more than ten years of national and international research on the future of learning, including new data on the practices of innovative school leaders and teachers.
The research identified key themes for a connected and coherent future-oriented learning system. These themes include a commitment to personalising learning, a curriculum that uses knowledge to develop learning capacity, the rethinking of learners’ and teachers’ roles, and the forging of new partnerships with the wider community.
Y mientras tanto, aquí, presentando los nuevos exámenes de "Reválida" de la ESO y el Bachillerato como las grandes innovaciones del siglo XXI... Ganas dan a veces de irse a las antípodas...
1) Que todo aprendizaje empieza con un objetivo.
2) Que las personas aprendemos más y más rápido cuando nos interesa lo que estamos aprendiendo.
3) Que sólo se aprende desde la práctica, mejor con la ayuda de un maestro.
4) Que el "café para todos" no sirve, porque cada uno de nosotros es diferente.
5) Que el profesor no debe dar respuestas, sino ayudar a sus alumnos a saber dónde buscarlas.
6) Que el mejor profesor no es el que más sabe sobre una materia determinada, sino el que es capaz de despertar en sus alumnos la ilusión y las ganas de aprenderla.
7) Que el ritmo del proceso de aprendizaje no debe estar determinado por la edad que uno tiene, sino por las capacidades que demuestra y la voluntad de seguir aprendiendo
8) Que si definimos el éxito como la capacidad de aprobar exámenes, convertiremos a los profesores en expertos preparadores de exámenes, y a los alumnos en "máquinas" obsesionadas con ese objetivo.
9) Que en la vida real no siempre hay "respuestas correctas", que no todo es blanco o negro, que hay muchos grises, que casi siempre hay que tomar decisiones basándonos en informaciones incompletas.
10) Que no todo el mundo va a ir a Harvard, ni que el objetivo del sistema educativo debe ser el preparar a los alumnos para ingresar en Harvard (o en Telecos o en Medicina, para el caso).
¿Y vamos en la buena dirección? Pues me gustaría ser más optimista, pero en el caso de España me cuesta verlo. Un par de referencias externas (una de una institución privada y otra de una pública; ese no es el debate) que me han gustado:
El Instituto Thomas Jefferson de México (http://www.itj.edu.mx) describe así su modelo: El modelo educativo del Instituto Thomas Jefferson parte de la educación personalizada con los alumnos; es decir, dentro del salón de clases se planean actividades que identifican los diferentes estilos de aprendizaje de los alumnos a fin de potencializar sus talentos. Nuestros alumnos aprenden a través de la experiencia que adquieren en las actividades que desarrollan sus inteligencias múltiples y su conocimiento. De estas vivencias, los alumnos se enfrentan a problemas reales, superan retos, trabajan en equipo, manejan sus emociones y lo más importante, logran la disciplina necesaria para alcanzar lo que se proponen lograr. Tejemos fuertes lazos entre el alumno y el maestro, quien trabaja en colaboración con psicólogos, coordinadores y directores. Buscamos la continua participación de todos y cada uno de los padres de familia con los que formamos un gran equipo que sirva de ejemplo para nuestros hijos. Estos valores están integrados por eslabones que componen un círculo holístico que rodea al alumno y liga al Instituto con la familia.
Un documento muy reciente y de lectura recomendada con el Curriculum Update del Ministerio de Educación de Nueva Zelanda http://nzcurriculum.tki.org.nz/Ministry-curriculum-guides/NZC-Updates/Issue-26-October-2012 , donde dice:
The New Zealand Council for Educational Research (NZCER) recently drew together more than ten years of national and international research on the future of learning, including new data on the practices of innovative school leaders and teachers.
Último libro de Roger Schank |
Y mientras tanto, aquí, presentando los nuevos exámenes de "Reválida" de la ESO y el Bachillerato como las grandes innovaciones del siglo XXI... Ganas dan a veces de irse a las antípodas...
Estoy plenamente de acuerdo contigo, desde la primera frase hasta la última (especialmente la última).
ResponderEliminarMe ha encantado el decálogo que has escrito y en mi ámbito así lo he aplicado siempre; me ha servido para algunas clases que he dado y para orientar la forma de aprender de mi hija y mi hijo. Aunque no sea en el ámbito de la educación propiamente dicha también me ha servido en mi trabajo. Siempre es mejor enseñar a aprender que enseñar a secas.
Gracias.
Por supuesto, siempre hablando desde de mi criterio, con el que cada cual puede estar en desacuerdo (y me consta que la mayoría lo está), esta vez lamento discrepar de la mayoría de tu exposición. Después de releerla con cierto espíritu de benevolencia, he descubierto que adolece de lo mismo que casi todas las otras ponencias al respecto: error en el núcleo y en el método. El matiz es tan sutil, que es difícil percibirlo, pero se desliza de foma perversa por todo el discurso.
ResponderEliminarRespecto al método, la forma de enseñar, creo que se confunde que el objetivo que se persigue es la instrucción, y se pierde la perspectiva de que necesariamente consta de dos actividades encadenadas: enseñar y aprender. La primera la realiza el profesor y es sinónima de ofrecer, y la segunda la debería hacer el alumno, y es sinónima de recoger lo ofrecido, como se recoge una buena cosecha. Y, sin ser radical, pienso que esa adaptación del método al alumno debe ser mínima, si no se quiere conseguir un deterioro del rendimiento de la instrucción del grupo entero y, por ende, un quebranto del sistema, que es adonde vamos, ya que la actividad de 'enseñar a aprender' tiene el límite cercano de 'desatender la enseñanza de los otros'. No olvidemos que las clases no son unipersonales, y no se puede cuadrar el círculo de que en el mismo aula se atienda a la vez necesidades psicológicas diferenciadas. Es el alumno el que debe hacer el esfuerzo de adaptación, unos más que otros, ya que los planes de estudios deben diseñarse para ser digeribles por la gran mayoría. Y no, la tabla de multiplicar no es opcional, sustitutiva por solfeo, porque al alummo se le dé mejor la música. Una vez fijado el programa de mínimos, con mayor o menor fortuna, es ése, y no otro, lo que hay que impartir.
Y, respecto al núcleo, el objeto del aprendizaje. Considero muy desfortunadas las dos referencias. Gardner asegura que nos tienen que hacer querer lo que debemos hacer, lo que abre la puerta al adoctrinamiento, porque el segundo término está en manos de ...¿quién?. Hay sectas que hacen uso extensivo de ese pensamiento. Y Adams nos dice que la escuela es una lugar de instrucción psicológica y -estoy convencido- allí no se debe educar, sino instruir. Es en la familia, a la que haces referencia sólo de soslayo, en donde se deben forjar los valores que Adams apunta (integridad, honradez, lealtad, virtud, valentía, comunicación, ...) y la escuela es, ¡ay!, sólo la cancha donde se juega el partido. Mal vamos si empezamos a oir a los padres decir 'que me le eduquen'. Basta con que le enseñen bien, y que él aprenda con esfuerzo. En tu decálogo hay algunas obviedades, con las que no hay que discrepar, y coincido totalmente con la máxima importancia de los tres puntos que señala Sebastián Barajas, pero dudo de que la escuela sea el lugar adecuado para incorporarlos (tampoco él dice -al menos en tu reseña- dónde se deban aprender) porque, de nuevo, se confunden núcleo de contenidos con núcleo psicológico.
Pero, efectivamente, el sistema educativo actual tiene dos problemas: es malo y es caro.
Bienvenida la discrepancia. Pero voy a aportar otros argumentos a tus "objeciones":
ResponderEliminarSobre el método: Es evidente que si el objetivo es el aprendizaje del alumno, todo lo que permita una mayor personalización de la "instrucción" lo facilitará. Esto ya lo aplicaban los antiguos (Filipo de Macedonia contrata a Aristóteles para la formación intelectual de su hijo Alejandro), los ricos y poderosos de todos los tiempos y hasta los del futuro (Yoda en la Guerra de las Galaxias: "Siempre ha de haber dos, ni más ni menos. Un maestro y un aprendiz"). Si en un aula hay 15-20 alumnos, la posibilidad de personalizar el aprendizaje será mayor que si son 35-40. Claro, pero entonces hacen falta más profesores. Pues sí. Y prefiero que haya más profesores y menos F-18s (menos senadores, menos televisiones públicas, menos embajadas... táchese lo que se prefiera).
Sobre la tabla de multiplicar y el solfeo: Pues creo que lo que llamas el "programa de mínimos" o currículo está muy desequilibrado. Tenemos bachilleres que han estudiado (no digo que entiendan) derivadas e integrales que sólo necesitarán los que vayan a hacer una carrera técnica universitaria y en cambio totalmente analfabetos en música o con graves carencias en cuanto a saber cómo trabajar en equipo o a entender las reacciones de los demás, algo que seguro que les vendría bien en su vida adulta.
Y sobre el "núcleo": No entiendo cuando dices que "en la escuela no se debe educar, sino instruir". Salvo que propongas, y estoy de acuerdo, que la educación es una tarea que excede al ámbito de la escuela, y que implica a la familia muy especialmente y a toda la sociedad en general. Pero sería un lujo "desaprovechar" esas más de 15.000 horas que los bachilleres pasan en la escuela para que sólo aprendan Lengua, Conocimiento del Medio y Matemáticas. Para eso se podrían quedar en casa, con un buen tutor y acceso a Internet.
Una reflexión final: al ritmo que van los cambios sociales, laborales y tecnológicos, es muy probable que un porcentaje alto de los niños que hoy empiezan la enseñanza primaria acaben trabajando (dentro de 16-18 años) en empleos/oficios/profesiones que hoy no conocemos y/o con medios tecnológicos a su alcance que hoy nos parecerían ciencia ficción. Será mejor prepararles para aceptar los cambios y para estar dispuestos a aprender a lo largo de toda la vida.
Yo me enciendo cuando oigo decir una de estas cosas:
Eliminar- La enseñanza debe ser divertida
- La enseñanza debe ser personalizada
No quisiera dar a entender que debería ser necesaria e intencionadamente aburrida. Por supuesto que, cuanto más amena, mejor, .. , y cuanto mejor material escolar, menos alumnos por profesor, mejor salud de los alumnos, más interés por la asignatura tengan, más limpia y acondicionada esté el aula, ... etc, mejor. Pero es muy fácil aquí confundir el complemento directo con el circunstancial, y concluir que, si no es amena, está mal dada, que el profesor es malo y -hay quien va más lejos- que el alumno tiene el 'derecho' a no aprender, y que de ahí deviene el fracaso escolar. Si las codiciones no son las óptimas, no es excusa, hay que suplirlas con voluntad. Pienso que el interés del alumno debe estimularse hábilmente manipulando (utilizo aposta la palabra) su propio orgullo.
Y entramos en un extraño binomio: Cuanto más atiendas al individuo, más descuidarás al grupo, suponiendo invariante la dedicación del profesor. Nadie me va a sacar de ahí.
Tienes mucha razón en lo que dices del prograna de mínimos, aunque es objeto de otra polémica interesante. Yo siempte me estaba refiriendo a unos contenidos nucleares consensuados y admitidos, que entiendo que nunca deben ser dependientes de las preferencias del alumno. Bienvenida sea cualquier otra actividad adicional que sea del agrado específico del alumno y que no le distraiga de lo principal. Por supuesto hay un momento en que hay que empezar a diverger contenidos, que se materializa en grado máximo en el estudio universitario.
Sí, es verdad lo que dices: educar excede, y con mucho, el ámbito del colegio. Por eso creo que los valores los debe llevar ya de casa en la mochila. Si se pretende que un niño le eduque 'la vida', mediante la convivencia con los compañeros, se está jugando a un juego de azar, quizá forzando un poco la apuesta a que el Centro sea lo más acreditado posible en cuanto a ética reconocida del alumnado. Pero sigue siendo una ruleta. De todas formas, es sólo una opinión.
Está claro que este asunto exige unas cervezas...
Amigo Luis, "first things first": Vengan esas cervezas sin dilación.
EliminarY así aprovecharemos para recordar todas esas cosas que nos enseñaron en el Bachillerato y sin las cuales nuestras vidas, probablemente, no habrían sido las mismas:
- Barbara, Celarent Darii, Ferio (los modos del silogismo; código Da Vinci para iniciados).
- 1 mol contiene 6,02 por 10 a la 23 hidrogeniones (número de Avogadro; todos los días pienso en él).
- "Quo usque tandem abutere, Catilina, patientia nostra" (muy útil en reuniones de trabajo).
- Las plantas monocotiledóneas son las plantas angiospermas con un solo cotiledón en la semilla (a diferencia de las dicotiledóneas que tienen dos; ahora, no me pidas que diferencie un cultivo de patatas de otro de pimientos, antes de que se vea el producto final).
- la ecuación cuadrática: x es igual a menos b más menos raíz cuadrada de b al cuadrado menos 4ac, partido por 2a (puesto así resalta todavía más su inutilidad fuera de un contexto adecuado).
- "si ces six sangsues sont sur ses sourcils sans sucer son sang, c´est que ces six sangsues sont sans souci" (excelente dinámica verbal para soltar los nervios antes de una charla)
- NiCoECalCoCo (los primeros Concilios de la Iglesia: Nicea, Constantinopla I, Éfeso, Calcedonia, Constantinopla II, Constantinopla III; quizá sea un buen mantra para prevenir el Alzheimer).
En fin, cuántas horas que podrían haberse dedicado a cuestiones más útiles...
Por cierto, este artículo de hoy mismo trata sobre el mismo tema:
http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2012/10/23/el-colegio-del-futuro-separar-a-ldquolos-ninos-que-no-van-bienrdquo-107738/
Dicen que cuando uno va por una autopista y empieza a ver un buen nº de kamikazes viniendo como locos en sentido contrario, en algún momento es bueno replantearse quién es el que va en el sentido correcto. (Ah, y sé que un millón de moscas pueden estar equivocadas...)
Eppur si muove
EliminarMagnífico artículo de Jesús Fernández-Villaverde y Luis Garicano, publicado este domingo: "Educación: cambiarlo todo para que todo siga igual". Lo suscribo "de la cruz a la raya":
ResponderEliminarhttp://economia.elpais.com/economia/2013/07/05/actualidad/1373017314_030404.html