viernes, 13 de septiembre de 2013

Jaque ¿mate? a la poderosa industria de los fertilizantes


El Profesor Cocking
En el mes de Agosto quizá pasó un tanto desapercibida una noticia que puede tener consecuencias revolucionarias en la agricultura. El Dr. Edward Cocking, Director del Centro para la Fijación del Nitrógeno en las Cosechas (Centre for Crop Nitrogen Fixation), de la Universidad de Nottingham, anunció que, tras diez años de investigación y pruebas, habían conseguido un proceso por el que se integraban bacterias fijadoras del nitrógeno en las células de las raíces de todo tipo de plantas, por lo que cada célula se convertía así en "autónoma" a la hora de conseguir su nitrógeno. ¿Por qué digo que puede ser una innovación revolucionaria? Empecemos por recordar lo básico.
 
Desde que en el colegio estudiamos el "Ciclo del Nitrógeno" sabemos que es un elemento esencial para el crecimiento de las plantas y, por tanto, para la vida en el Planeta. A veces se nos olvida que su versión gaseosa (N2) representa el 78% en volumen de la atmósfera (sí, nuestro vital Oxígeno sólo tiene el 21%; el 1% restante se lo reparten otros 14 elementos). Y quizá lo que es más interesante, que sólo desde 1910, mediante el proceso que se conoce como de Haber-Bosch ha sido capaz el hombre de "fijarlo", es decir, de convertir el nitrógeno del aire en amoníaco, materia prima imprescindible para gran cantidad de procesos químicos e industriales. Entre ellos la fabricación de fertilizantes sintéticos.
 

Un cartel en la memoria
Antes de esa fecha, los agricultores que querían potenciar la producción de sus cosechas sólo podían recurrir a los abonos orgánicos (estiércol, compost, orina, cenizas,..) o a los fertilizantes inorgánicos naturales, básicamente el nitrato potásico (KNO3). Este abono era conocido por su marca comercial más extendida de "Nitrato de Chile", cuyo logo formado por llamativas baldosas de colores se veía hace años (quizá todavía quede alguno) por muchos pueblos de Castilla (y de toda España, supongo). Es curioso que la empresa que actualmente tiene la mayor producción de este tipo de nitratos, la Sociedad Química y Minera de Chile (www.sqm.com) es descendiente por vía de fusiones y ampliaciones de la creada en Santiago de Chile, en 1924, por la familia Guggenheim y varios bancos franceses con el nombre de "The Anglo Chilean Consolidated Nitrate Corporation".
 

También era llamativo éste
La introducción y comercialización de los nuevos fertilizantes sintéticos (muchos de estos bajo la marca "Nitrato de Cal de Noruega", por ser la empresa Norsk Hydro, con sede en Oslo,  la primera en ponerlo en marcha y por utilizar calizas como materia prima, junto al amoníaco, en su fabricación), supuso un duro "palo" para los nitratos chilenos. Consta que las minas chilenas,  de una producción de 2,5 millones de toneladas, a $45/Tm, en el año 1925, pasaron a producir 0,8 millones de Tm, a $19/Tm, en 1934. El uso de fertilizantes sintéticos tuvo un enorme desarrollo a partir de la segunda mitad del siglo XX, y a él se atribuye en gran medida el incremento de productividad de las cosechas que permitieron abastecer a una población que crecía exponencialmente (recordemos que en 50 años, de 1950 a 2000, la población mundial pasó de 2.500 millones a más de 6.000 millones de habitantes). Norsk Hydro separó su filial de fertilizantes en el año 2004 y ahora con el nombre de Yara International (www.yara.com) sigue siendo unos de los "big players" del sector. Y mantiene el drakkar vikingo en su logo.


Se estima que el mercado mundial de fertilizantes, minerales o sintéticos, alcance los 192 millones de toneladas en el año 2016, resultado de unos crecimientos medios globales del 2% anual, y con las área de Asia y Latinoamérica responsables de 3/4 partes de ese crecimiento. ¿Negocio redondo? ¿Viento en popa a toda vela? Pues no tan deprisa, porque la Tierra pasa factura, y esa inyección de productos químicos a espuertas no sale gratis:  aguas con un nivel de nitratos superior a lo permitido, aire contaminado con nitratos, agotamiento de los nutrientes naturales del suelo, "zonas muertas" y proliferación de algas tóxicas en ríos y mares,... Según el Instituto Nacional de Investigación Agrícola de Francia (INRA) los costes producidos por la contaminación del nitrógeno podrían suponer, sólo en Europa, entre 70.000 y 330.000 millones de euros anuales.

Y aquí volvemos al Dr. Cocking y a su equipo de Nottingham. Si sus estimaciones son correctas, aseguran que su procedimiento de inoculación de bacterias a las células de las plantas representaría solamente un 2% del coste que suponen los tratamientos actuales con fertilizantes. Y sin los perniciosos "efectos secundarios". Temblad SQM, Yara y compañía...

De momento, han patentado su proceso como N-Fix, y han cedido los derechos de producción y comercialización a la empresa Azotic Technologies, cuya página web (www.azotictechnologies.com) merece una visita.

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Posdata: El Premio Nobel de Química de 1918 le fue concedido a Fritz Haber "por la síntesis del amoníaco a partir de sus elementos", diez años después de que patentara su proceso. Si el "proceso de Cocking" se consolida y produce los resultados esperados, habrá que estar atentos a los Premios Nobel de Química de los próximos años. Aunque, teniendo en cuenta que el Profesor Cocking cumplirá 82 años este 26 de Septiembre, tendrán que darse prisa los señores de Estocolmo...


El Ciclo del Nitrógeno
 

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