No recuerdo si fue en una obra de ciencia-ficción, en una película o en un artículo periodístico. Quizá surgió a raíz de algún brote de una infección vírica de altísimo nivel de mortalidad, tipo Ébola o Nilo Occidental. La tesis que formulaba (y que hoy día se admite como una de las posibles hipótesis sobre el origen de la vida) era bastante inquietante: Abandonemos los humanos el pedestal de "especie elegida". Ellos, los virus, estaban mucho antes de que incluso las primeras formas de vida pluricelular apareciesen en la faz de la Tierra y ellos, los virus, serán los que permanezcan en ella una vez que, por catástrofes naturales o artificiales, o por puro agotamiento evolutivo, el resto de formas de vida hayan (hayamos) desaparecido.
No me negaréis que la imagen de considerar a cualquier animal o vegetal como mero "huésped" de billones de virus que de él obtienen sus nutrientes hasta que, o bien por contacto físico directo, o bien por contagio tras un corto viaje por el aire pasan a un nuevo "alojamiento" y comienzan un nuevo ciclo, le da una nueva perspectiva a la importancia relativa de cada ente en el Universo.