La semana pasada tuve la fortuna de asistir a una charla de Kevin Warwick en la Fundación Telefónica. Un poco por suerte, porque no le conocía, pero el título de su conferencia "¿El futuro será Cyborg? La fusión hombre-máquina" era lo suficientemente atractivo como para despertar mi curiosidad. El Dr. Warwick (Coventry, 1954) es Profesor de Cibernética en la Universidad de Reading, Inglaterra. Y uno de los "evangelistas" de la imparable utilización de las tecnologías para mejorar las capacidades humanas.
Pero Kevin, como en el conocido símil del cerdo y la gallina, es de lo que se involucran. Prestando su propio cuerpo como "conejillo de indias" para algunos experimentos. Por ejemplo, en 1998, mediante una intervención quirúrgica, se hizo implantar un chip de silicio con un transponder en su antebrazo. De esta forma, un ordenador podía controlar las señales emitidas por el chip y en todo momento localizarle dentro de las instalaciones de la Universidad. Así se abrían las puertas a su paso, se encendían las luces y el aire acondicionado cuando entraba en una habitación vacía, o su terminal de ordenador le recibía con un cálido "Bienvenido Profesor Warwick" simplemente al aproximarse, todo ello sin necesidad de identificarse mediante las siempre tediosas tarjetas de acceso o contraseñas.
Irena y Kevin "conectados" |
Pero eso fue fácil. En Marzo de 2002 hizo que le implantaran una placa de 100 electrodos conectada a las fibras nerviosas medianas de su brazo izquierdo. Con ella, su cerebro fue capaz de controlar una silla de ruedas eléctrica y una mano artificial. Incluso, rizando el rizo, y con la ayuda de su mujer Irena, a quien también se le implantó otra placa más sencilla, fueron capaces de establecer la primera conexión nerviosa "cerebro a cerebro". Escuchando a Kevin, la experiencia debió de ser la repera.
Con estas credenciales, está claro que sus predicciones sobre por dónde puede ir la integración "hombre-máquina" en las próximas décadas gozan de mucha credibilidad. Él las agrupa en 5 categorías:
1) Biohacking (sería algo así como acercar la biología molecular al nivel personal). Un ejemplo que comentó es el desarrollo de microimplantes de radiofrecuencia que identifican a sus portadores como enfermos de diabetes o de epilepsia, de forma que, ante una crisis, los servicios de urgencias son avisados de forma inmediata, antes incluso de que el paciente aparezca por la puerta.
2) Sustitución sensorial. Un implante magnético en un dedo conectado a un sensor de ultrasonidos sobre la frente traduciría, por ejemplo, la señal de un cuerpo sólido que se acerca o se aleja de un sujeto en una señal eléctrica interpretable por una persona ciega. También se está investigando cómo aprovechar la conexión casi inmediata de las terminales nerviosas de la lengua con el cerebro (mucho más rápidas que la respuesta visual o auditiva) para alertar de situaciones de riesgo en que un milisegundo de más o de menos en la reacción puede ser la diferencia entre la vida o la muerte. Kevin puso el ejemplo del coche que se ha saltado un stop y que tú todavía no has visto, pero que ya es una amenaza vital para ti. Un microimplante en la lengua recibe la señal de alarma (desde el propio coche) y la transmite al cerebro, disparando la respuesta mecánica del conductor.
Da un poco de yuyu |
3) Cultivo de neuronas. Aquí el auditorio ya entró en fase "ojiplática". Porque Kevin hablaba de cultivos de neuronas humanas (sí, se empezó con ratas y demás, pero ahora ya están disponibles neuronas humanas; se piden por Internet y en 24-48 horas te las entregan tipo Amazon. Parece que proceden de abortos legales en USA). El caso es que, en las condiciones adecuadas, las neuronas van estableciendo conexiones y generando axones y dendritas. En un experimento realizado por el equipo de Kevin, un robot va desarrollando a lo largo de varias semanas una "inteligencia" para evitar darse con los muros del recinto. Tiene un "cerebro" con unos 30 millones de neuronas humanas (como referencia, el cerebro humano tiene entre 15 y 33.000 millones de neuronas).
4) Estimulación profunda del cerebro. El caso más llamativo es el que consigue abordar y neutralizar los síntomas de la enfermedad de Parkinson (temblores, dificultad de movimientos,...). Mediante un electrodo implantado en las regiones del tálamo o del nucleo subtalámico, que es donde se localizan las causas de esta enfermedad, y una estimulación eléctrica adecuada se consiguen unos resultados espectaculares. En este vídeo, un enfermo nos lo demuestra:
5) Mejora de capacidades. Este es el campo más abierto. Y más atractivo. Podemos pensar en mejoras de los sentidos, de la memoria, de la capacidad de comunicación, del pensamiento multidimensional, en extensiones virtuales del cuerpo físico,... El concepto más revolucionario, a mi entender, es que, hasta ahora, la comunicación entre dos seres humanos, o entre un ser humano y su entorno, siempre se ha hecho a través de una interfaz "mecánica" (en el ejemplo más sencillo, si yo quiero saludar a otra persona, mi concepto mental "Hola, ¿cómo estás?" se traduce en mi cerebro en unas señales electromagnéticas que se dirigen a mi órgano bucal para que, moviendo los músculos adecuados y controlando la salida de aire de mis pulmones consigan "decir" "Hola, ¿cómo estás?" . Estas señales mecánicas (ondas sonoras que se transmiten por el aire), llegan al órgano auditivo de mi interlocutor, donde se traducen en otras señales electromagnéticas que, a través del nervio auditivo, llegan a su cerebro y le hacen "oir" el concepto mental "Hola, ¿cómo estás?").
¿Y si eliminamos la interfaz mecánica, conectando directamente las señales electromagnéticas de emisor y receptor? "Brain to brain communication". ¿Y si ese super-mega-ordenador del futuro ya no está hecho a base de silicio, sino de neuronas humanas cultivadas, que también "entienden" esas señales electromagnéticas? Adiós a los teclados, al reconocimiento de voz y a pasar el dedito por el iPad... ¿Y si cuerpo y cerebro no tienen que estar ya en el mismo lugar físico para poder estar en conexión? ¿Y si...? Uy! !Qué vértigo!
Brain to Brain |
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En este documental de la BBC, "Inventions that changed the World - The Computer", a partir del minuto 46 aparece Kevin Warwick hablando del futuro de los robots y de su experiencia personal con el implante de electrodos:
http://www.youtube.com/watch?v=rTsHnxS5bg0
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(*) I Cyborg es el título del libro publicado en 2004 por Kevin Warwick, donde expone tanto sus experiencias personales como "cyborg" como su confianza en un futuro esperanzador de convergencia hombre-máquina.
El término cyborg (cybernetic organism) fue usado por primera vez en 1960, en un artículo publicado por Manfred E. Clynes y Nathan S. Kline en la revista Astronautics Magazine. En él se hablaba de sistemas hombre-máquina auto-regulados para sobrevivir en ambientes extraterrestres.
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(*) I Cyborg es el título del libro publicado en 2004 por Kevin Warwick, donde expone tanto sus experiencias personales como "cyborg" como su confianza en un futuro esperanzador de convergencia hombre-máquina.
El término cyborg (cybernetic organism) fue usado por primera vez en 1960, en un artículo publicado por Manfred E. Clynes y Nathan S. Kline en la revista Astronautics Magazine. En él se hablaba de sistemas hombre-máquina auto-regulados para sobrevivir en ambientes extraterrestres.
A mi esto de la biorobótica, o como se llame, siempre me ha parecido un intento de resucitar la criatura del Dr Frankenstein. No digo que no se puedan conseguir mejoras importantes (desde el marcapasos hasta el ejemplo del señor con parkinson) pero me parece que, durante mucho tiempo, se deberán restringir a interfaces sencillas. Me parece, por ejemplo, que será muy difícil hacer un ojo artificial que se conecte con el nervio óptico (el ojo natural tiene 130 millones de células sensoriales) y más difícil todavía que le lleguemos a dedicar una poesía.
ResponderEliminarNo sé si la cosa se desarrollará como Warwick tiene prevista, pero no me cabe duda de que nuestro futuro será muy biónico. Y será fantástico que si alguien pierde un brazo pueda disponer de uno robótico que le permita que su cerebro le dé órdenes y que sea también capaz de acariciar, es decir, de sentir. Y si alguien pierde la vista, que pueda ver. Lo mismo con el oído. En el campo sensorial hay mucho avanzado (os he dejado un par de enlaces).
ResponderEliminarSerá estupendo, aunque se abrirán grandes cuestiones éticas. Punset ya cuenta que el alma está en el cerebro, así que la pregunta surge de inmediato: ¿podría mecanizarse nuestro cerebro sin perder la esencia humana?
http://www.lavanguardia.com/ciencia/20131226/54397548487/minuscula-retina-bionica-restablecera-vista-ciegos.html
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/02/05/actualidad/1391624515_794342.html
Muy interesantes los artículos sobre la retina y la mano biónicas. De hecho, yo tengo una rodilla biónica de la que me siento muy orgulloso (aunque es solo mecánica y la circuitería de conexión es la que venía de fábrica.)
ResponderEliminarNo hay duda de que cada vez más habrá que sobrevivir a base de estos parches, sin embargo a mi me parece más natural y más armonioso evolucionar en la dirección de la biología. Por ejemplo, una mano que crece a base de células madre en el lugar de la primitiva (como el brazo de una estrella de mar o la cola de una lagartija) me gusta más que un upgrading del Capitán Garfio.
Sobre la disquisición del alma y la humanidad de un cerebro de silicio, ahí hay mucho de qué hablar. Desde luego, hay muchos humanos que mejorarían sensiblemente con solo un apañito básico.
La verdad es que la regeneración celular, de tejidos y órganos es todavía más interesante que lo biónico... abrirá las puertas a lo de ser eternos. Que un órgano se te hace viejo o se te escacharra, regeneración al canto. Seguro que luego llegará un virus y nos comerá a todos, o nos daremos alergia a nosotros mismos.
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