Corrección mediante algoritmo computacional |
Al menos para leer en smartphones, ebooks y tablets. Y para trabajar en el ordenador. Y para ver la televisión. Y para consultar el GPS mientras conducimos. Y...
Y todo gracias a Fu-Chung Huang, un joven taiwanés al que calculo unos 30 años (por su fecha de graduación, ya que los CVs americanos siguen obviando la fecha de nacimiento, por aquello de la no discriminación). Que en 2013 presentó en la Universidad de California en Berkeley su tesis doctoral en Computer Science titulada "A Computational Light-Field Display for Correcting Visual Aberrations". Y que, junto a otros investigadores del MIT, está investigando las posibilidades de que la computación sustituya a la óptica a la hora de corregir los defectos visuales de la humanidad.
El planteamiento, como suele suceder, es sencillo: en los tiempos donde la información nos llega cada vez más a través de soportes electrónicos, ¿por qué no adaptar la emisión a las características del receptor (con sus defectos visuales incluidos), y así evitar el uso de gafas y lentillas específicas para esta función?.
Las propuestas se están sucediendo a buen ritmo. Algunas mejoraban la nitidez, pero perdían contraste; en otras sucedía lo contrario. En el prototipo de Huang parece que se consigue mejorar ambas cosas a la vez. ¿Y cómo funciona?
Pues os lo cuento tal y como lo he leído, pero no acabo de entenderlo del todo. Lo que han fabricado es una lámina microperforada (agujeros de 75 micrones separados por un espacio de 390 micrones) que colocan entre dos capas de plástico transparente, y todo ello lo colocan delante de la pantalla de un iPhone. Mediante software (algoritmo de deconvolución lo llaman) ajustan la intensidad de cada dirección de luz que emana de cada pixel de la pantalla, en función del defecto visual del receptor, y consiguen que al pasar por la matriz de microagujeros el usuario perciba una imagen más nítida y con buen contraste. Como las pantallas de estos artilugios cada vez tienen una mayor densidad de píxeles, se supone que las posibilidades de afinar la imagen serán también cada vez mayores.
En este vídeo lo explican mucho mejor:
Diferentes niveles de nitidez (el de la derecha sería el del prototipo de Huang) |
Aparte de la aplicación al común de los mortales que necesitamos gafas (33% de la población adulta en UK, 40% en USA, 50% en Asia), esta tecnología puede resultar muy beneficiosa para personas que tienen lo que se denominan "High-order aberrations", o defectos visuales graves que proceden de irregularidades en la estructura de la córnea, que ni siquiera con lentillas se pueden corregir bien. Les permitiría acceder, incluso, a trabajos que implican el uso de ordenadores y que hoy en día no les resulta posible.
Corrector visual en el GPS |
Otra aplicación ya en vías de desarrollo es para las pantallas de los GPS que se utilizan en los automóviles y sus propios paneles de instrumentación (y no tener que hacer guiños raros con los ojos para saber a la velocidad a la que vas).
A futuro, se está investigando el que la corrección sea "multi-way", o sea, que se adapte simultáneamente a las necesidades de varios usuarios, cada uno con su defecto. Sería la solución para la tele compartida o la sala de cine tal y como la conocemos hoy. Complicado me parece.
Por cierto, que al amigo Fu-Chung Huang lo fichó Microsoft el pasado mes de Mayo. Será que lo que está investigando tiene potencial como negocio.
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Quizá las gafas más antiguas que se conservan |
Curiosa la historia de las gafas. Aunque su primera mención parece que se remonta a algún jeroglífico egipcio del siglo V a.C., no fue hasta la Italia del siglo XIII cuando se empezaron a usar de forma más asidua (recogiendo la "tecnología" desarrollada por los árabes en siglos anteriores). Por cierto, que la "gafa" era en realidad la patilla que permitía sujetar los "anteojos" a la oreja. Y es curioso que en inglés se llamen "eyeglasses" o simplemente "glasses", vidrios o cristales, haciendo referencia sólo a las lentes.
La primera lente de contacto de vidrio se fabricó en Alemania, por F.A.Muller en 1887. Las primeras lentillas de plástico (metacrilato) en 1948 y las blandas en la década de los 50, si bien de forma comercial fue Bausch&Lomb quien las lanzó en 1971.
Conozco a un ex-miope que ahora vuelve a ser miope (rejuvenezco!) que va a estar muy agradecido a Fu-Chung y sus colegas. Volver a ver los goles del Athletic Club sin gafas no tiene precio (aunque solo sean los de la tele)
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