La semana pasada tuve la oportunidad de asistir en la Fundación Rafael del Pino a una interesante conferencia de Jeremy Rifkin (1945, Denver), con ocasión de la publicación en España de su último libro, titulado: "The Zero Marginal Cost Society". (Sí, de esas conferencias que merecen la pena y que se celebran en Madrid, y a las que mi amigo y paisano Ignacio me pide que avise con antelación para poder asistir. Esta vez se me ha pasado, pero lo intentaré para las próximas).
Jeremy Rifkin |
Como la editora del libro ha hecho bien su trabajo, han aparecido estos días pasados en distintos medios de comunicación muchas entrevistas a Rifkin y reseñas de su charla, por lo que quizá muchos ya estáis al tanto de sus tesis. Lo que me llamó la atención, y fue como un "flash" en mitad de la conferencia, fue el darme cuenta de que en las proyecciones que hace este hombre para dentro de 3-4 décadas encajan muchos de los avances sobre los que hemos tratado en este blog, y les da una coherencia entre ellos que, incluso, podría suponer la aparición de un nuevo modelo económico, bautizado como "Collaborative Commons", que llegaría a "eclipsar" al capitalismo reinante. Me explico.
La principal tesis de Rifkin es que una serie de importantes avances tecnológicos (de los que luego hablaremos) pueden desencadenar una mejora drástica de la productividad, que lleve los costes marginales (el coste de producir una unidad adicional de un producto o servicio después de absorber los costes fijos) casi a cero, haciendo que la información, la energía, y muchos bienes físicos y servicios sean casi gratis, abundantes y dejen de estar sujetos a las reglas "clásicas" del mercado.
En el campo de la información es donde ya son visibles muchos de estos cambios: los consumidores proactivos ("prosumers") producen y comparten su música vía servicios de ficheros compartidos, sus vídeos en YouTube, sus conocimientos en la Wikipedia, sus propias noticias en Twitter, sus ensayos en ebooks abiertos a todo el mundo, etc... Incluso pueden apuntarse, gratis, a multitud de MOOC's (Cursos masivos abiertos online) impartidos por los mejores profesores de prestigiosas Universidades.
Comunidades autosuficientes |
Rifkin pone a Alemania como ejemplo a seguir en su apuesta por las renovables (tienen el objetivo de que, ya en 2020, el 35% de su energía provenga de sol y viento), y recientemente parece que ha convencido al nuevo líder de China, Li Keqiang, para invertir una cantidad importante de yuanes ($82.000 millones, para ser exactos) en este tipo de energías. (Al mismo tiempo, no se corta en darle caña a nuestro actual Presidente, sin citarle por el nombre, por el giro dado en la política de renovables en España. Hay que recordar que Rifkin fue asesor de Rodríguez Zapatero durante la presidencia española de la UE en 2010).
En el campo del transporte, la predicción es de un mundo de coches eléctricos (energía obtenida de fuentes renovables, por supuesto), auto-conducidos (Google car a tope) y compartidos (se estima que cada vehículo compartido "elimina" 15 coches en propiedad). Un aspecto más de la "economía del compartir", donde la gente paga por usar, no por tener. Y que se extiende a vivienda (habitual o de vacaciones), ropa, joyas, etc...
Y como elemento disruptivo en la fabricación de bienes, la impresión 3D, cuyos progresos van a tal velocidad que resulta complicado estar al día (recientemente se presentó en Chicago el primer coche compuesto todo él de piezas fabricadas mediante impresoras 3D. Aquí lo puedes ver:
Esto, unido a las posibilidades de una descentralización en la fabricación (¿tendrán pronto los niños en las escuelas y en sus casas una impresora 3D para hacer sus trabajos, en igualdad de condiciones que la "tablet"?) hace prever cambios profundos en el modelo productivo en tan solo unas décadas.
Para terminar, Rifkin es optimista en cuanto a la evolución del empleo a nivel global. Si comparamos el "To be" dibujado en estas predicciones con el "As is" , el punto de partida, la verdad es que hay un ingente trabajo por delante. Tanto como para ocupar, dice Rifkin, a dos generaciones: reingeniería absoluta de las infraestructuras energéticas, de las de transporte y logística, del modelo productivo de bienes y servicios, todo ello bien engrasado por la proliferación masiva del "Internet de las cosas" (IoT - Internet of Things, con 100 billones de sensores instalados en 2030) y las increíbles posibilidades de análisis del "Big Data".
¿Sugerente? ¿Atractivo? ¿Inquietante? ¿Preocupante? Pues parece que hacia ello vamos, o sea que mejor que nos pille preparados.
Agnel, menos mal que has puesto "Casi" gratis, si no me habrias destrozado una creencia básica que tengo de hace tiempo y que comparto al 100% con los economistas del Blog "nadaesgratis.es". Efectivamente he visto referencias a este tipo de economia que se va imponiendo en algunos sectores y que creará tensiones con los viejos modelos (Taxis, regulacion electrica, etc.) habra que estar atentos a esa evolución que, como todo cambio, dejara a unos en la cuneta mientras otros lo adoptan de forma entusiasta.
ResponderEliminarGracias por estos minutos de "refresco" mental que nos proporcionas cada viernes.
Copio a continuación el comentario que me hace llegar Telmo, y que por imponderables informáticos no puede colgar directamente:
ResponderEliminarMe parece muy bien que se divulguen ideas como las de Rifkin para tratar de orientar a la humanidad hacia un futuro sostenible. Sin embargo, su visión de las cosas a corto plazo (30-40 años) me parece patológicamente optimista. De acuerdo en que la información crece y se abarata, pero el problema es la energía.
Todo bien de mercado se compone de tres componentes: sustrato material + información + energía, en proporciones variables de cada uno de ellos.
El sustrato material (átomos) no parece que vaya a escasear porque hay una cantidad ingente y no desaparece: la tierra retiene por gravedad prácticamente todos los átomos. La producción de cualquier sustancia que se precise en la cantidad que sea, p.ej.: agua potable, es únicamente un problema de energía, porque todo el H2 y el O están aquí desde hace billones (americanos) de años. Aún en el caso de que hiciera falta un cierto elemento muy escaso (angelonio?), sería posible producirlo mediante síntesis nuclear a costa de energía.
La información (o valor añadido humano), crece con la raza humana, se divulga mas fácil que la gripe y tiende a ser gratis. Casi lo es ya (google, wikipedia, etc). Si fuera el caso que un virus o una mutación nos volviera menos creativos, seguramente también nuestras necesidades serían menos sofisticadas.
Con la energía no pasa lo mismo. Cada año se consumen reservas fósiles que la tierra tardó en producir un millón de años. La progresiva aportación de energías renovables y nuclear no ha invertido en absoluto esta tendencia ni parece que lo hará en un futuro cercano.
En términos contables, la humanidad está dilapidando su principal activo económico (reservas fósiles) sin reponerlo, a un ritmo de vértigo. Las acciones de "Humanidad SA" deberían estar despeñándose si la gente se fijara en su valor de libros.
Los alemanes pueden pagar energía renovable cara porque tienen una renta per cápita bestial. Con todo, no creo que lleguen a mover su parque móvil con células solares.
A diferencia de Rifkin, no creo para nada que la humanidad vaya a tomar, motu propio, decisiones sabias e iniciativas del calibre de las que cita. Las cosas claras: la humanidad es muy tocha y la democracia el mayor de los peligros.
Lo que ocurrirá, sin duda, es que la degradación medioambiental y las restricciones de energía producirán catástrofes climáticas y/o financieras de tal magnitud que la humanidad no tendrá mas remedio que cambiar sus modelos. Evidentemente, evolucionará a una reducción drástica del componente energético de manera que la energía total presente en el PIB mundial no sea mayor que la producida de forma renovable.
Yo, que también soy optimista, espero que las catástrofes no sean irreversibles.
La esperanza que me queda a mí, que no soy optimista, es que el 2050 se quede en lo que se quedó el efecto 2000, pero no tiene pinta... mal apunta el futuro.
ResponderEliminarEn 1966 el economista británico Kenneth Boulding (1910-1993) publicó "The economics of the coming spaceship earth". En este ensayo, Boulding utilizaba la metáfora de la “nave espacial Tierra” para enfatizar los límites del planeta, tanto en la extracción de recursos como en la capacidad de asimilación de residuos. Es otra visión, muy a lo Bertalanffy: http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4095737