viernes, 8 de mayo de 2015

Tengo que cuidarme: tengo los telómeros cortos...

Telómeros en los extremos de los cromosomas
Fue una de las primeras entradas de este blog. Hace ya más de tres años. Se titulaba "La primera persona que vivirá 1.000 años..." y en ella se hablaba de los telómeros y de la enzima telomerasa como indicadores clave del proceso de envejecimiento de un organismo.
 
Recordemos lo fundamental: Los telómeros son estructuras en el extremo de los cromosomas, que aseguran la estabilidad del proceso de replicación celular. Con cada nueva división, los telómeros se van acortando y llega un momento en que ya no permiten el proceso y la célula muere, lo que va provocando el deterioro de órganos y tejidos y, a la larga, la muerte. Lo importante es que el ritmo de acortamiento no está predeterminado, sino que puede acelerarse o frenarse en función, tanto de aspectos genéticos (se estima que en un 20%) como ambientales y de hábitos de vida (un 80%).
 
Sería, por tanto, muy interesante disponer de una tecnología que permitiera efectuar una medición precisa de la longitud de los telómeros de una célula de una persona y determinar su posición estadística respecto de un "patrón" determinado para los individuos de similar edad-sexo-etnia. Pues bien, no hay que hablar en condicional; esa herramienta existe, se llama medición telomérica y la empresa Life Length (www.lifelength.com) la lleva a cabo mediante su "Telomer Analysis Technology" (TAT).
 
María Blasco
Life Length es una empresa fundada en Madrid, en Septiembre de 2010. Fue un "spin-off" del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), con la financiación de la Fundación Botín y de la compañía japonesa Yamada Bee Farm. Su base científica proviene de los estudios realizados por el grupo de trabajo dirigido por María Blasco (Alicante, 1965), actualmente Directora del propio CNIO.
 
Utiliza un potente microscopio de análisis por fluorescencia (construido a medida para este proceso). A partir de una muestra de sangre, es capaz de determinar, con un alto grado de fiabilidad, la longitud de los 92 telómeros de una célula (23 x 2 cromosomas x 2 extremos cada uno). Y con ello, mediante una fórmula matemática, determina lo que llaman "edad biológica" de la persona (por contraste con la "edad cronológica", que es la del DNI).
 
Steve Matlin es co-fundador y actual CEO de Life Length. Procedente de la banca de inversión (Lehman Brothers y Rothschild), le gusta hacer una analogía del potencial de su empresa con cómo se produjo el desarrollo de la prueba de medición del colesterol. Que, al principio, era un proceso caro y, por tanto, limitado a pocos pacientes. Pero que, cuando se incorporó a las mediciones habituales de cualquier analítica, sus costes unitarios bajaron y fue un análisis disponible para toda la población. Lo dice porque, ahora, un análisis TAT sale por unos $400-$500, que no está al alcance de todo el mundo (ni, por tanto, de las instituciones sanitarias públicas).
 
Un hecho claro que influyó en aquella "explosión" de la prueba del colesterol fue el descubrimiento, primero, y la posterior comercialización de las atorvastatinas como medicamentos destinados a reducir los niveles de colesterol en sangre (fue en 1996 cuando Pfizer lanzó el Lipitor, primer medicamento basado en la atorvastatina; su patente caducó en 2011, por eso ahora se sirve como genérico). Porque antes de eso y durante muchos años, a un paciente que se le diagnosticaba un nivel alto de colesterol, sólo cabía recomendarle lo de siempre: dieta sana, pocas grasas, ejercicio, no fumar, no beber,...
 
Seguro que tiene buenos telómeros
En una situación parecida estamos con la medición telomérica. Si después del análisis TAT te dicen: "Campeón (o campeona), estás en el percentil 20" (o sea que la longitud de tus telómeros está por debajo del 20% de los individuos de tu grupo de referencia que más cortos los tienen), la recomendación sólo puede ser: vida sana, dieta saludable, menos stress,... Y repetir el análisis a los 6 meses, para ver cómo han evolucionado.
 
Hasta que, probablemente no dentro de mucho tiempo, se descubra algún fármaco que, o bien ralentice su disminución o, incluso, alargue los telómeros. Hay ya algunos estudios de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford con resultados muy prometedores en esa dirección, que calculan podrían alargar la esperanza de vida de una persona en 5-10 años. Lo podéis leer aquí.

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Casi terminado el artículo, aparece en prensa la noticia de que un estudio llevado a cabo por las Universidades de Harvard y Northwestern presenta a los telómeros como biomarcadores bastante fiables para la detección temprana de ciertos tipos de cáncer. Lo podéis leer en esta reseña del Medical Daily. Está claro que vamos a tener que incorporar a los telómeros a nuestro lenguaje cotidiano, a las conversaciones de café: "Y tú, ¿cómo andas de telómeros?".

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