viernes, 29 de enero de 2016

Rothamsted, 2056 (Seguimos con el Nitrógeno)

En el anterior post dejamos a Sir John B. Lawes y a su director científico Sir Henry Gilbert en 1843, recién fundada la Rothamsted Experimental Station. Desde un principio, su misión estaba bien definida: "Proporcionar conocimiento y nuevas prácticas para incrementar la productividad y calidad de las cosechas, y desarrollar soluciones sostenibles desde el punto de vista medioambiental para la producción de energía y alimentos".
 
En sus más de 170 años de existencia, Rothamsted ha realizado contribuciones significativas a la ciencia, desde el descubrimiento y desarrollo de los insecticidas piretroides (a partir del estudio de las piretrinas, insecticidas naturales contenidos en los crisantemos), a avances en campos tan diversos como la virología, la nematología (estudio de los "gusanos redondos"), las ciencias del suelo y la resistencia de los pesticidas. También, dado el alto número de muestras recogidas a lo largo de su historia, se le atribuyen a este parque científico numerosos avances en el desarrollo y la aplicación de métodos estadísticos a la agricultura.
 
Vista aérea de las parcelas
¿Y dónde aparece el Nitrógeno en esta historia?. Pues ya desde sus comienzos, dado que la razón fundamental de su fundación fue el interés de Sir John en conocer los efectos de los fertilizantes naturales y artificiales (entonces en sus comienzos) en los cultivos. Así pues, en una extensa superficie cultivada dividida en numerosas parcelas, cada una de ellas se ha ido sometiendo a lo largo de los años a distintos niveles de fertilización (orgánica ó inorgánica) y se han ido viendo los resultados en las diferentes especies cultivadas. Con un añadido muy interesante, y es que dada la extensión del estudio a lo largo de décadas, las parcelas de Rothamsted se convierten en un auténtico "barómetro viviente" del impacto del cambio ambiental en los sistemas biológicos.
 
En este sentido, recientemente los investigadores del Rothamsted Research (www.rothamsted.ac.uk ) han publicado un interesante artículo en la revista Nature donde documentan cómo el incremento observado de derivados del Nitrógeno en la atmósfera durante el período 1940-1990 se tradujo en un descenso de la biodiversidad incluso en las parcelas que no recibían fertilizante añadido (dejando, por tanto, al NO2 atmosférico como único causante de esta pérdida).
 
Muestras centenarias
A partir de 1990, a raíz de las medidas que se abordaron en Reino Unido para reducir el volumen de emisiones de Nitrógeno (tales como la obligatoriedad de convertidores catalíticos para vehículos diesel y controles más exigentes en las plantas industriales), se ha notado un progresivo aumento en la biodiversidad en las mismas parcelas (parece que una de las especies más sensibles al N2 son los tréboles, por lo que ver que vuelven a nacer y expandirse es un buen síntoma).
 
Luego la buena noticia es que los efectos perniciosos de la contaminación por dióxido de nitrógeno no son permanentes; la naturaleza es sabia y se recupera con el tiempo de las agresiones sufridas. Pero claro, si vives en una ciudad que 20 ó 30 días al año se encuentra metida en una boina con un alto nivel de contaminación, pues tienes muchas papeletas para desarrollar una enfermedad pulmonar, más o menos grave. Bienvenidas sean, por tanto, las medidas municipales que alertan a los ciudadanos y tratan de paliar estas situaciones.
 
Pero la solución a medio plazo pasa por la progresiva sustitución de vehículos a combustión por otros híbridos, enchufables o 100% eléctricos. Esta debería ser una prioridad en las grandes ciudades.
 
Mientras tanto, esperemos que el "funding" no le falte a Rothamsted y pueda seguir llevando a cabo su pertinaz labor de análisis y control medioambiental. Y celebrar, en 2056, el segundo centenario del "Park Grass Experiment". Y nosotros que lo veamos...
 
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Interesados en saber más acerca de Rothamsted y sus "Classical Experiments" lo podéis ver aquí.

Posdata: El próximo lunes, 1 de Febrero, entrará en vigor el nuevo "Protocolo de medidas a adoptar durante episodios de alta contaminación por dióxido de nitrógeno" aprobado por el Ayuntamiento de Madrid, que endure el actualmente en vigor. En el Escenario 4, se puede llegar a prohibir la circulación del 100% de vehículos, salvo algunas excepciones indicadas. Aquí el pdf completo con todos los escenarios y medidas asociadas.
 

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